En el primer trimestre de 2024, las familias mexicanas vieron un aumento en sus ingresos laborales, alcanzando niveles sin precedentes. Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), cada habitante contó con 4,108.07 pesos corrientes provenientes de su trabajo durante los primeros meses del año.
Este incremento no es solo nominal. Ajustando por inflación, se observa un crecimiento real del 29.81% en los ingresos laborales desde finales de 2018, contrastando con la caída del 3.11% en los 13 años anteriores bajo los gobiernos de Peña Nieto, Calderón y Fox.
El aumento en los ingresos laborales se debe en gran medida a las políticas de recuperación de salarios mínimos en los últimos cinco años. A pesar de los programas sociales, los datos del Coneval indican que las familias han mejorado su capacidad para sostenerse con ingresos propios.
Sin embargo, una sombra amenaza este logro: la devaluación del peso desde el 3 de junio. No es una depreciación, sino una devaluación que impactará negativamente a los consumidores, resultado de la insistencia del presidente López Obrador para que en septiembre el Congreso apruebe sus reformas del Poder Judicial y del sistema político-electoral. Para él, antes que los mercados y sus influencias, están los mexicanos, pero parece olvidar que la caída del peso afecta mucho a los que dice defender.
A continuación, doy ejemplos de cómo afecta un tipo de cambio que pasa de 18 a 20 pesos por dólar.
Primero, reduce el poder adquisitivo porque los salarios pierden valor en su capacidad para adquirir bienes y servicios, especialmente importados. Si un trabajador gana 10,000 pesos al mes y el dólar pasa de 18 a 20 pesos, su salario equivaldrá a 500 dólares en lugar de 555.
Segundo, los productos importados se vuelven más caros y esto presiona la inflación. En 2023, México importó casi 21,500 millones de dólares en productos alimenticios de EEUU. Solo de maíz y frijoles, el monto fue de 3,502 millones y 4,000 millones de dólares, respectivamente. Si hoy un kilo de frijol cuesta 50 pesos, pronto costará 55.56 pesos y un iPhone de 19,499 pesos costará 21,665 pesos.
Tercero, encarece los viajes al extranjero porque los pesos rinden menos. Un paquete turístico de 1,000 dólares pasará de 18,000 a 20,000 pesos.
Cuarto, incrementa el costo de las deudas en dólares porque las obligaciones de los mexicanos que deben dólares se vuelven más caras en pesos. Por ejemplo: Si una empresa debe un millón de dólares, su deuda pasará de 18 a 20 millones de pesos, un gasto extra que mermará sus ingresos y utilidades.
Quinto, afecta la confianza del consumidor porque una moneda volátil genera incertidumbre económica y puede llevarlo a recortar gastos y retrasar grandes compras.
En resumen, una moneda débil puede beneficiar las exportaciones, pero para los consumidores locales implica una reducción de su poder adquisitivo real, un mayor costo de vida y un impacto negativo en su economía personal y confianza.
Si AMLO logra que se aprueben sus reformas le dejará a la presidenta Claudia Sheinbaum un peso más devaluado y una economía con más problemas. Que no olvide que presidente que devalúa, se devalúa. No creo que quiera que ese sea su legado.
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