Los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo (PE) realizadas del 6 al 9 de junio marcan un cambio significativo hacia partidos conservadores y de extrema derecha, lo que repercutirá profundamente en la política interna y externa de la Unión Europea (UE). Este giro podría tener efectos indirectos en México y otros países.
El Partido Popular Europeo (PPE) quedó como el grupo más grande, asegurando unos 184 de 720 escaños. Esto refuerza la reelección de la alemana Ursula von der Leyen como Presidenta de la Comisión Europea (CE), asegurando continuidad en algunas políticas pero también presionando por una agenda más conservadora.
Los verdaderos ganadores de estas elecciones han sido los partidos de extrema derecha y euroescépticos, como el Rally Nacional de Francia, los Hermanos de Italia y el Fidesz de Hungría, que lograron avances significativos, reflejando la creciente preocupación de los europeos sobre los problemas económicos y la inmigración. Esto resultará en un PE más fragmentado, lo que complicará la formulación de políticas y la construcción de coaliciones.
Para Europa, los resultados significan varios cambios cruciales. Es probable que se desaceleren los esfuerzos de integración y reforma de la UE. Las políticas de inmigración podrían volverse más restrictivas, y aumentarán las tensiones sobre cuestiones del estado de derecho con algunos estados miembros. La presencia de la derecha que se opone a acciones climáticas ambiciosas pone en riesgo el Pacto Verde Europeo y los objetivos de reducción de emisiones. El PE podría enfrentar dificultades para aprobar legislaciones ambientales audaces y las leyes existentes podrían ser debilitadas.
En el ámbito global, los euroescépticos podrían debilitar la capacidad de la UE para proyectar una política exterior fuerte y unificada, lo que afectará la guerra en Ucrania, las relaciones con China y Estados Unidos (EE.UU.), y la cooperación multilateral. Las políticas comerciales de la UE podrían volverse más proteccionistas, especialmente contra China, afectando las negociaciones comerciales y las relaciones económicas internacionales. Aunque el apoyo a Ucrania continuará, los partidos de extrema derecha vinculados con Rusia obstruirán el aumento del gasto en defensa de la UE.
Debido a la nueva conformación del PE, México podría experimentar efectos indirectos de cualquier interrupción o cambio en las políticas comerciales, económicas y exteriores de la UE. El nacionalismo económico dentro de la UE podría afectar los acuerdos y negociaciones comerciales. Además, la agenda climática compartida entre México y la UE podría verse influenciada por los cambios en las prioridades de la UE, afectando los esfuerzos colaborativos y las alineaciones políticas. Finalmente, la posición de la UE entre Estados Unidos y China podría impactar a México, dada la estrecha relación económica de nuestro país con ambas superpotencias.
Quienes queden al frente de las secretarías de Relaciones Exteriores y Economía en el gobierno de Claudia Sheinbaum deben estudiar desde ahora lo que sucede en la UE para definir las estrategias a seguir para que nuestro país establezca una relación ventajosa de acuerdo con la nueva realidad europea.
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