Durante la sesión extraordinaria del Consejo General del INE del jueves pasado, los representantes del PRD, PT y Morena se insultaron de tal manera que varios de los presentes pidieron que se condujeran con más decoro, ya que el Reglamento de Elecciones del INE establece que: “En el curso de las deliberaciones, los integrantes del Consejo General se abstendrán de entablar polémicas o debates en forma de diálogo con otro miembro del Consejo General, así como de realizar alusiones personales que puedan generar controversias o discusiones ajenas a los asuntos agendados en el orden del día que, en su caso, se discutan”.
Todo empezó cuando el representante del PT, el diputado Gerardo Fernández Noroña, calificó al senador Emilio Álvarez Icaza, antes independiente y ahora representante del PRD, como “el senador pirata del Partido de la Revolución Democrática”. Más adelante, explicó: “Yo no le dije espurio; le dije pirata, ilegal, que carece de la debida licencia o que está falsificado. No le estoy faltando al respeto, y él sí provoca”.
Álvarez Icaza, a su vez, calificó al petista de: “farsante de Noroña (...) este farsante hipócrita (...)”, para luego decirle: “Sí, Noroña, porque eres un farsante, un reventador y un porro...”.
Guadalupe Acosta Naranjo, también representante del PRD, se refirió así al papel que Fernández Noroña jugó en la elección de 2006: “El señor no era vocero de nada. Era voz cero, de nada. Eso era lo que era. Él se da unas ínfulas que no sé de qué. No lo era (...) El señor no era nada. Como no sigue siendo nada”.
El diputado Sergio Gutiérrez Luna, también representante de Morena, se dirigió así a Álvarez Icaza: “Cobarde... Te vamos a decir aquí lo que eres: un usurpador y un falsario, que se la da de independiente, pero en realidad eres un mercenario”.
Ese es el ínfimo nivel para debatir que ese día exhibieron los importantes políticos que, ante el INE, representan a sus partidos políticos. Los cuatro validaron el dicho de que “cuando se acaban los argumentos comienzan los insultos”.
Si bien es cierto que Fernández Noroña inició el pleito verbal al llamar “senador pirata” a Álvarez Icaza, este y Acosta Naranjo cayeron en la provocación y lo continuaron. Gutiérrez Luna, como el vulgar buscapleitos que es, decidió apoyar al petista.
Lo que ocurrió en el INE el 18 de abril se repitió de alguna manera durante el llamado segundo debate que sostuvieron el domingo pasado los tres candidatos a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México: Clara Brugada de la coalición Morena-PT-PVEM, Santiago Taboada de la alianza PAN-PRD-PRI y Salomón Chertorivski del MC, donde este último se limitó a dar a conocer sus propuestas y referirse muy poco a sus adversarios.
Desde el principio, Brugada y Taboada se acusaron mutuamente de ser mentirosos y corruptos sin aportar mayores pruebas y, al presentar sus propuestas, no las detallaron ni explicaron cómo obtendrán los recursos para hacerlas realidad. En un debate real, cada uno se hubiera encargado de descalificar las propuestas de sus adversarios y tratar de convencernos de las bondades de las propias. Eso no ocurrió, porque “cuando se acaban los argumentos comienzan los insultos”.
Exceptuando las muy contadas excepciones, este es el nivel de nuestros políticos.
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