Después de 6 años en el exilio, el ex presidente Enrique Peña Nieto rompió el silencio a mes y medio de la elección... y sacando la banderita de la paz con la Cuarta Transformación.
Esta semana, el periodista Mario Maldonado publicó, bajo el sello de Planeta, el libro Confesiones desde el exilio: EPN, el cual es una inédita entrevista, realizada en varios momentos, con el priista que gobernó al país de 2012 al 2018.
A lo largo del texto, Peña Nieto narra su meteórico ascenso al poder, su relación con las cúpulas del Revolucionario Institucional y el famoso Grupo Atlacomulco, así como su campaña al Ejecutivo federal y los momentos más duros de su sexenio: Ayotzinapa, Odebrecht y la Casa Blanca.
Hay espacio, por supuesto, para el 'chismecito caliente', por ejemplo, sus encuentros con Salinas de Gortari y otros expresidentes durante su exilio en España, además de sus opiniones respecto a Felipe Calderón, quien no es santo de su devoción... al contrario, es su menos favorito de los ex mandatarios mexicanos.
Destaca, por cierto, su arrepentimiento respecto al manejo del escándalo de la Casa Blanca en 2014 y la respuesta que dio su entonces esposa Angélica Rivera. "Nunca debí permitir que mi esposa diera esa explicación y que se expusiera de tal forma", asevera.
Lejos de ser un testamento político, donde el mexiquense busca defender su gestión, en realidad se trata de lo contrario: es una nueva forma de volver a la vida pública, aunque no necesariamente de política activa.
Aunque confiesa que tuvo que irse del país tras la detención de su abogado Juan Collado, Peña Nieto no avienta culpas ni reproches al presidente Andrés Manuel López Obrador. De hecho, revela sorpresivos detalles de su relación, como que hace poco, el 15 de septiembre del 2023, sostuvieron una amistosa llamada telefónica, justo el día que se inauguró un tramo del principal proyecto de infraestructura que comparten los dos, el Tren Interurbano a Toluca.
El priista, además, confirma señalamientos que ha hecho el actual mandatario a grupos de la cúpula empresarial: por ejemplo, que en su momento, en el proceso comicial del 2018, le pidieron bajar a su candidato José Antonio Meade para concentrar los apoyos en el abanderado panista Ricardo Anaya.
Sin intención de lanzar criticas al obradormismo y opinar de la elecciones en curso, como sí hacen hoy en día otros ex presidentes, véase Fox y Calderón, Peña Nieto muestra una postura mesurada y más conciliadora. Incluso narra una comida que tuvo, antes de dejar el poder, con López Obrador y Gutiérrez Müller, en la que le dio varios consejos al actual titular del Ejecutivo.
Sin atreverse a lanzar pronósticos sobre los dos futuros que le concierne, el suyo y el del país, parece que lo que el priista quiere, si es que aún milita en ese partido, es llevar la fiesta en paz, una vida tranquila de vuelta en su patria.