Si eres la candidata que encabeza con amplio margen las preferencias para la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, ¿por qué atacas tanto al segundo lugar? En el primer debate entre los candidatos y la candidata para gobernar la capital del país, Clara Brugada, de Morena, PT, PVEM, abrió y cerró con el mismo tema: Santiago Taboada, el candidato del PAN, PRI, PRD.
El debate —que, hay que decirlo, fue entretenido, pues tuvo propuestas, enfrentamientos y diálogo— estuvo lejos de ser catastrófico para Brugada, pero con su desempeño evidenció sus principales debilidades.
En primer lugar, decidió tener una postura ofensiva, pero poco sustancial. Sus propuestas fueron muy escuetas, incluso en el tema de cuidados, que se supone es su fuerte. En cambio, los golpes a Taboada fueron cuidadosamente planificados: desde el inicio habló del “cartel inmobiliario”, planteó las “5 verdades de Taboada” (recorte de estancias infantiles, protección al cartel inmobiliario, reprueba en transparencia, cero obra pública y machismo) y hasta sacó una portada del periódico Reforma en contra del candidato del PAN.
Su estrategia de debate evidencia que su ventaja en las encuestas no es tan sólida y que necesita que Taboada detenga su crecimiento. Por ejemplo: la última encuesta de El Financiero, muestra que el panista está únicamente a 8 puntos de Brugada, quien ya no tiene margen de crecimiento. La ventaja es muy pobre para administrarse y es muy temprano en la contienda para —como dirían en el fútbol— encerrarse a cuidar el marcador.
En segundo lugar, no pudo contestar con claridad cada una de las evidencias que, tanto Salomón Chertorivsky, como Santiago Taboada, le mostraban sobre los problemas de la Ciudad de México: la falta de agua, los problemas en el transporte público (desde luego, la caída de la Línea 12), la cancelación de las estancias infantiles, la falta de acceso a los servicios de salud, etcétera.
Brugada tuvo que ir hacia al frente sabiendo que tiene que ofrecer, sí o sí, continuidad. El problema es que eso significa cargar con, por ejemplo, la terrible gestión de Andrés Lajous en movilidad y la foto del colapso de trenes. Todos los números y las pocas propuestas que presentaba, eran opacadas por los señalamientos de los problemas que esta administración ha dejado. Y a ella sólo le quedó sonreír y hablar del “segundo piso de la transformación”.
Por eso, finalmente, resultó sorpresivo que sólo elaborara generalidades sobre su gestión como alcaldesa de Iztapalapa (en donde obtuvo buenos resultados) y se concentrara más en alabar la gestión de Claudia Sheinbaum. Mencionó el nombre de la candidata presidencial al menos unas cuatro veces, en contraste con una vez que Taboada mencionó a Xóchitl Gálvez y con Chertorivsky, quien no mencionó en ninguna ocasión a Jorge Álvarez Maynez.
¿Por qué hablar más de la gestión de quién causó los problemas que te achacan tus contrincantes, en vez de resaltar tus aciertos y experiencia de gobierno? Quizás porque su objetivo fue mandar un mensaje de unidad hacia dentro de Morena pues, según ha trascendido, hay un importante distanciamiento entre los militantes de la capital y entre las mismas Brugada y Sheinbaum.
Insisto: en términos generales, el debate no fue desastroso para Brugada. El problema es lo que este mostró: la ruta rumbo a la Jefatura de Gobierno, no está clara.