En el evento conmemorativo del 107 aniversario de la Constitución de 1917, el lunes pasado, hubo varios oradores, pero la atención se centró en los discursos de Alberto Pérez Dayán, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y Luisa María Alcalde, secretaria de Gobernación del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Pérez Dayán resaltó la importancia de nuestra ley suprema y enfatizó la democracia, justicia y separación de poderes como valores esenciales, refiriéndose a eventos clave desde la Independencia hasta la actualidad. Para destacar la persistencia de estos principios en nuestra Constitución mencionó, entre otros documentos fundacionales, al Manifiesto de Chilpancingo de 1813 y la Constitución de Apatzingán de 1814.
Este discurso se dio en un momento de crecientes tensiones entre AMLO y el Poder Judicial, resultantes de diferencias ideológicas profundas. El ministro defendió la independencia judicial como fundamental para la democracia y llamó a la vigilancia y compromiso con los principios democráticos. Su mensaje, que combinó solemnidad y llamados a la reflexión, no solo recordó los fundamentos de la nación sino que también instó a la unidad y al respeto mutuo entre poderes estatales, crucial para nuestra democracia, y subrayó la necesidad de diálogo y respeto por los límites constitucionales. Aseguró que “El Poder Judicial de la Federación (…) da cuenta puntual de su encomienda con independencia, con autonomía, con honradez, con imparcialidad, libre de remordimientos…”.
La reacción a este discurso puede reforzar al Poder Judicial ante la opinión pública como un contrapeso necesario o aumentar las fricciones políticas.
La secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, en el discurso que pronunció después del de Pérez Dayan, destacó la importancia histórica de la Constitución y cómo las reformas de AMLO representan una continuación de la lucha por la justicia social y democracia. Recordó que desde la abolición de la esclavitud hasta la Cuarta Transformación se ha caminado hacia un país más justo. Buscó legitimar estas reformas como parte esencial de la evolución democrática de México, enfrentando críticas y mostrando que no son meros caprichos políticos sino necesidades históricas.
Criticó al neoliberalismo por pervertir el sentido social de la Constitución y al referirse al humanismo y los derechos sociales buscó reforzar la imagen de un gobierno comprometido con el bienestar popular. Al presentar las reformas como una oportunidad para avanzar hacia una sociedad más justa busca ganar apoyo ante el conflicto con la SCJN.
Más que un recordatorio de valores fundacionales, el discurso de la secretaria fue un llamado a la unidad y a la transformación social y una defensa de la legitimidad de las reformas ante la opinión pública apelando a una tradición de lucha por la justicia y la inclusión.
El discurso de Alberto Pérez Dayán seguramente resonó en todos los que nos oponemos a la reforma del Poder Judicial propuesto por Andrés Manuel, que más bien es un desmantelamiento de este. El de Luis María Alcalde en quienes apoyan las propuestas de AMLO.
Habrá que ver cuál visión resulta vencedora. Si la que defiende la división de poderes o la que busca someter el Judicial al Ejecutivo.
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