La influyente revista TIME anunciará mañana a su Persona del Año, una distinción que reconoce a la persona, organización o idea que ha tenido un impacto global significativo, ya sea positivo o negativo. Entre los candidatos de 2024 destacan figuras de diversos ámbitos, como el presidente electo de EU, Donald Trump, la vicepresidenta de ese país Kamala Harris, el empresario y hombre más rico del mundo Elon Musk, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y la presidenta Claudia Sheinbaum, cuya reciente elección como la primera mujer presidenta de México la hace una fuerte contendiente.
Todo parece indicar que Trump será el designado. Su reelección es histórica. Redefinió la política estadounidense, movilizó votantes y reafirmó su influencia global. Hace ocho años fue reconocido como Persona del Año en 2016 y su regreso al poder refuerza su perfil como un líder polarizador pero innegablemente influyente. Su capacidad para generar cambios profundos en la política interna y en las relaciones internacionales lo convierte en la opción más lógica para este reconocimiento.
Sin embargo, Claudia Sheinbaum es una muy atractiva alternativa para obtener la designación. Su elección simboliza un momento histórico para México, marcando un avance significativo para las mujeres y las minorías étnicas en un país con tradiciones patriarcales arraigadas. Además, posiciona a México como un ejemplo de inclusión y la proyecta como una líder progresista en contraste con figuras de extrema derecha como Trump.
Si la presidenta Sheinbaum resulta seleccionada, su perfil internacional crecerá considerablemente, consolidándola como una de las dirigentes progresistas más influyentes del mundo. Este reconocimiento le brindaría una plataforma para abordar retos clave como la seguridad, la desigualdad y el cambio climático, atrayendo aliados internacionales para apoyar a México en estos temas. Asimismo, fortalecería su postura ante las políticas proteccionistas de Trump, incluyendo los aranceles contra México.
A nivel nacional, este honor sería motivo de orgullo y validación para la mayoría de los mexicanos. En un país donde la percepción internacional es valorada, este galardón consolidaría su base de apoyo y le otorgaría mayor legitimidad para impulsar las reformas internas que el país necesita.
No obstante, la distinción también traería consigo desafíos. Generaría un escrutinio más intenso sobre su gestión, tanto dentro como fuera del país. Sus críticos señalarían que el premio es inmerecido si se toma en cuenta que su gobierno aún no ha entregado resultados tangibles en temas clave como la violencia y la corrupción. Esto seguramente los aprovecharía la oposición política para criticarla aún más.
Es probable que Trump critique su selección, calificándola como un acto de sesgo ideológico, lo que polarizaría más las opiniones y complicaría las ya tensas relaciones entre México y EU.
Aunque el presidente electo de EU parece ser la elección más probable para Persona del Año debido a su influencia global, Claudia Sheinbaum representa una opción válida que simboliza progreso e inclusión. Su nominación ya es un reflejo de los cambios que están transformando el escenario político mundial.