El último partido de la fase regular del Torneo Apertura 2024 se jugó el diez de noviembre, un encuentro que ganaría Tijuana 2-1 sobre Puebla, marcador que le ayudaría al equipo de la frontera en Baja California para calificar de manera indirecta a la siguiente instancia del campeonato; el Play In. Dieciséis días después, Xolos, aprovecharía una pausa incomprensible, para los clubes que clasificaron de manera directa a cuartos de final, para golear en la ida del primer partido de liguilla al equipo que resultó líder del torneo, el que mejor jugó durante el semestre, que rompió récord de puntos en un torneo corto y, a decir de muchos, el favorito para resultar campeón en este fin de año. Sin embargo, Cruz Azul, y de paso Toluca, resintieron, y de qué manera, la pausa tan larga entre sus últimos partidos de liga y el llamado a la acción en cuartos; fue, al parecer, demasiado tiempo sin competencia, sin roce, lo que, a los equipos sembrados como primero y segundo de la tabla general, les rompió el ritmo y encaminó a un desfiladero del que pueden caer eliminados del Apertura 2024, sin poder meter las manos.
Se puede decir que América le adivinó todo a Toluca, que Xolos le jugó de manera inteligente al líder; es verdad que los técnicos de los dos equipos que resultaron con la victoria estudiaron a su rival, entendieron cómo se les podía hacer daño tanto a Cruz Azul, como al sublíder. Pero también es cierto que la planeación, muy mala, del semestre y la calendarización tan comprimida por tener Leagues Cup en el mismo tiempo del Apertura, afectó a más de un equipo; desde aquellos que no pudieron recuperarse en la fase regular, pasando por lesiones, consecuencia de partidos con poco tiempo de descanso entre ellos, por la fechas dobles; hasta la liguilla, que a pesar de ser ‘la fiesta grande del fútbol mexicano’ también se vio afectada con una pausa que puso fuera de combate a los equipos que más esperaron para aparecer en acción.
América y Xolos son los menos culpables de esta planeación y aprovecharon deportivamente las ventanas de oportunidad que se les abrieron para superar a los que, en papel, parecían los dos equipos favoritos para llegar a la final, incluso para ganar el torneo. Porque en este deporte se necesitan dos equipos, uno que gane y el otro que pierda. Cruz Azul y Toluca, también dejaron de hacer lo suyo, para terminar con un resultado tan desfavorable; si los técnicos de los equipos que actuaron como locales, en los estadios de Ciudad de los Deportes y el Estadio Caliente, leyeron bien a sus contrincantes, los técnicos visitantes, no supieron corregir sobre la marcha de sus encuentros para evitar la derrota.
Este jueves se llevará a cabo los dos partidos que faltan de la ida de cuartos de final; los cuatro equipos han tenido el mismo tiempo de descanso, pausa, para preparar sus enfrentamientos. Por un lado, San Luis y Tigres, son dos conjuntos que consiguieron gran porcentaje de sus puntos totales en casa; ninguno de los dos perdió como local. En el otro cruce, Monterrey tuvo un Apertura con muchos altibajos, incluso un cambio en el timón llegó con la esperanza de mejorar las actuaciones de Rayados respecto a la calidad de su plantel, pero el nuevo cuerpo técnico tampoco pudo mantener un estilo de juego acorde a las exigencias, y cartera, del club. Pumas sufrió una descompensación, al regreso del torneo procedente de Leagues Cup, parecía que el club universitario se desfondaba en la vuelta al campeonato mexicano, pero pudo recuperar el paso y en la recta final de la fase regular, se recompuso para un cierre que lo posicionaría en el cuarto lugar general; algo que no se esperaba, dejando por debajo al propio Monterrey, su próximo rival.
Cuando nada va como lo previsto, los errores se pagan caro; Cruz Azul y Toluca cayeron en errores groseros, de marca, de técnica y de concentración, para perder de la manera en que lo hicieron; incluso una expulsión incomprensible para un jugador de primera división, fue termómetro de la desesperación en la que cayó el equipo líder del Apertura. Las dos remontadas, que se necesitarían para que La Máquina y El Diablo avancen, parecen complicadas; la primera por el marcador, dar vuelta a un tres a cero en contra, aunque no imposible, sí es difícil y la segunda por que América tiene la capacidad de un equipo bicampeón, que sabe jugar liguillas y que tiene como objetivo lograr una triple corona consecutiva. La vuelta de estos juegos será el próximo sábado, veremos de qué están hechos los dos punteros de la tabla general y si acaso podrán conjurar todo aquello que los llevó a esa cima, desde donde la caída es sumamente dolorosa.