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Una verdadera prueba

Al fútbol mexicano le hacen falta victorias para recuperar un poco de la seguridad futbolística perdida desde Catar 2022.

Créditos: Selección Nacional
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La Selección Mexicana enfrentará, en una serie de ida y vuelta, a su similar de Honduras en instancia correspondiente a los cuartos de final de la Liga de Naciones CONCACAF, es el primer torneo o partido oficial para la nueva etapa de Javier Aguirre al frente del equipo mexicano. La última vez que estas selecciones se enfrentaron, no faltó la polémica; el equipo tricolor empató el marcador global en el partido de vuelta en el Estadio Azteca en el minuto 100 de tiempo corrido, después de un concierto de fallas de la delantera mexicana y una actuación sublime de Luis Ángel Malagón que salvó la portería nacional en varias ocasiones. El partido se extendió a tiempos extras y en la tanda de penales fue que México se llevó la victoria. El equipo hondureño quedó dolido, sintió que el tiempo agregado fue extendido en demasía para esperar a que el Tri empatara. El triunfo en penales le dio la oportunidad al seleccionado mexicano de acceder a los cuatro semifinalistas del torneo y a la postre, acceder a la Copa América de 2024.

La nueva etapa en el banquillo de Javier Aguirre no ha tenido las exigencias que un partido oficial demanda; sí se ha enfrentado a los rivales más importantes del momento para la Selección Nacional, Estados Unidos y Canadá, pero ante la falta de un marco oficial los resultados no son trascendentes; contra Canadá se empató a cero goles, lo que alarga el lapso con el que México no puede ganar sobre el conjunto canadiense; y, aunque se le ganó al seleccionado estadounidense, hubieron varias atenuantes que propiciaron una cierta ventaja que el combinado mexicano aprovechó para poder repetir una victoria sobre Estados Unidos, algo que no sucedía desde 2019. La victoria sobre el mayor rival, llegó en un momento en el que el nuevo proyecto de Aguirre necesitaba una reivindicación ante los empates conseguidos contra Canadá y Valencia.

El ojo del huracán, del aficionado y en general del entorno futbolístico mexicano, estará fijado en los dos partidos contra Honduras, a jugarse viernes y martes, la ida en el país centroamericano y la vuelta en el Estadio Nemesio diez de la capital mexiquense, las obras de remodelación en el Estadio Azteca impiden que se juegue el partido en la sede que más ventajas le ha dado a la Selección Nacional, a pesar de un par de derrotas en ese territorio. Pero además de buscar avanzar en la Liga de Naciones, la Selección Nacional tendrá que buscar el triunfo para poder justificar todos los ajustes que se hicieron en el calendario del Apertura 2024 del campeonato mexicano. Porque también se han retomado medidas para reactivar las reglas de menores que participan en la liga mexicana para poder tener prospectos a futuro en distintas categorías de Selección Nacional, aunque de momento, no hay convocatorias que incluya a los jóvenes jugadores que son incluidos en las alineaciones de los clubes dentro del torneo mexicano.

La convocatoria para estos dos encuentros toma una base de jugadores de Cruz Azul, reconociendo que ha sido el mejor equipo del actual semestre, pero apuntalado con lo que le queda al fútbol mexicano en Europa, Ochoa, Montes, Huescas, Álvarez, Pineda y Raúl Jiménez, recordando que Santiago Giménez sigue recuperándose de su lesión en Países Bajos. Después del partido frente a Estados Unidos, la actuación del equipo mexicano dejó cierta tranquilidad, algunos jugadores se volvieron a mostrar con un nivel con el que se puede tener alguna ventaja para ser considerados seriamente de cara al Mundial 2026.

Al fútbol mexicano le hacen falta victorias para recuperar un poco de la seguridad futbolística perdida desde Catar 2022; solo los triunfos devuelven la tranquilidad. Pero también es necesario que el fútbol que se practique, pueda convencer a propios y extraños. En general se ha perdido confianza en el balompié nacional a muchos niveles, empezando por los altos directivos que han llenado el fútbol mexicano con modificaciones que poco aportan en lo deportivo, hasta el nivel de cancha, donde el jugador mexicano también ha sufrido las consecuencias de estas decisiones con las que perdió seguridad en sus propias capacidades; la actitud con la que se han visto partidos recientes de los seleccionados, no siempre es la misma, en varias ocasiones han mostrado una falta de concentración que les ha llevado sufrir contra rivales que, respetando sus procesos, normalmente no complicaban al equipo mexicano.