Opinión

EN PRIVADO

De la maestra Ifigenia a la presidenta Claudia

Eso, tender puentes y diálogo con todas las fuerzas políticas, faltó en el mensaje principal. No lo leyó la maestra Ifigenia, pero ahí quedó el texto para el ejercicio del nuevo gobierno y de la nueva presidenta

Créditos: Cuartoscuro
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No hay cargo menor. El encargado es lo que lo hace grande o pequeño.
Florestán.
 

Claudia Sheinbaum siempre quiso que la maestra Ifigenia Martínez le pusiera la banda presidencial.

Tras ganar las elecciones el 2 de junio, lo acordaron y el 1 de octubre lo consumaron.

            La maestra siempre fue una mujer de la izquierda inteligente, impecable, y nunca se apartó de esa línea.

            Ahora, diputada federal por Morena, fue electa presidenta de la Mesa Directiva de San Lázaro, y quedó todo planchado para que entregara la banda este martes.

            La salud en estos días no fue su mejor aliada, pero se sobrepuso, ella también quería pasar la banda a la primera presidenta de México y esa fuerza la sostuvo a sus 94 años.

            Por un momento, dos días antes, se pensó que no lo lograría, pero este martes llegó puntual al pleno, subió a la tribuna, se instaló en el presídium e inició la sesión de congreso general.

Luego, abrió la sesión solemne, la condujo y con apoyo de oxígeno la sacó adelante. Recibió la banda del ya expresidente y la entregó a Sheinbaum que se la terció con apoyo de una cadete del Colegio Militar.

            Pero la maestra Ifigenia ya no pudo, aquello se convirtió en un tumulto morenista de selfies, leer su mensaje del que aquí recupero la parte final, pero central de un pendiente en el discurso presidencial:

            Desde esta soberanía le decimos (a Claudia Sheinbaum) que no está sola: que no descansaremos hasta lograr una democracia plena, que nuestras diferencias no nos dividan sino que sean fuentes de propuestas y de soluciones compartidas a los distintos retos que hoy enfrentamos. Hoy, más que nunca, necesitamos tender puentes entre todas las fuerzas políticas, dialogar sobre nuestras divergencias y construir juntas y juntos un país más justo y solidario. Es tiempo de altura de miras; es tiempo de construir nuevos horizontes y realidades.

            Eso, tender puentes y diálogo con todas las fuerzas políticas, faltó en el mensaje principal. No lo leyó la maestra Ifigenia, pero ahí quedó el texto para el ejercicio del nuevo gobierno y de la nueva presidenta.

RETALES

VISITA.- Claudia Sheinbaum fue a Acapulco, como se había comprometido, encabezó una serie de reuniones en la base Naval, se reunió con su gabinete, logró acuerdos pero no recorrió la zona devastada. Regresará;

CARGOS.- La presidenta designó a César Yáñez, quien fuera el más cercano a López Obrador hasta el rompimiento por su boda, subsecretario de Gobernación, donde ya estuvo brevemente con Adán López Hernández, y confirmó a Félix Arturo Medina Padilla como subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración. Siempre fue muy cercano a Rosa Icela Rodríguez; y

WHO?- También nombró a Carlos Manuel Merino, director de ASA. ¿Y quién es él? Un desconocido que apenas el lunes por la noche terminó su gestión como gobernador de Tabasco. A ver qué le alcanza con las fuerzas armadas.

Nos vemos mañana, pero en privado.