Pendejo pasó de insulto, a retrato hablado y a diagnóstico.
Florestán.
El martes, enterado el presidente López Obrador de que Ernesto Zedillo venía a la ciudad de México a un evento privado, y como parte de su estrategia para modificar la ley de pensiones, le planteó cuatro preguntas.
¿Por qué convirtió las deudas privadas de unos cuantos en deuda pública, el Fobaproa? ¿Porque lo traen de expositor, como (José María) Aznar, de España, todo este bloque conservador? Que conteste ¿por qué envió al Congreso una reforma de pensiones en donde el trabajador al jubilarse no va a recibir ni el 50 por ciento de su salario? ¿Por qué durante su gobierno no aumentó el salario mínimo, sino, al contrario, se redujo? ¿Por qué desapareció los trenes de pasajeros y se fue a trabajar de asesor a la empresa estadounidense a la que le entregó los ferrocarriles nacionales?
Y ahí dejó el cuestionario para el que, no tengo duda, Zedillo debe tener las respuestas ya que algunos planteamientos fueron temas centrales de su gobierno, en particular el Fobaproa.
No me llama la atención que López Obrador haga estas preguntas al expresidente y se las formule un cuarto de siglo después.
Yo estoy de acuerdo en el diálogo, es más, en el debate entre los dos, que sería la primera vez que se diera un cara a cara entre un presidente de la República y uno de sus antecesores, pero agregaría una pregunta incómoda para ambos y nunca resuelta: ¿Por qué, el entonces presidente Zedillo y los cuadros políticos oficiales y de la oposición en 2000, dejaron que López Obrador se registrara como candidato del PRD al gobierno del entonces Distrito Federal cuando incumplía el requisito de residencia, su credencial del IFE lo tenía domiciliado en Tabasco?
Es una pregunta que dejo a los dos y que no contestarán.
Y ojalá se atrevieran a debatir. Dejarían un precedente histórico, aunque no los veo cara a cara.
RETALES
- BALÓN.- Los magistrados de la 4-T en el Tribunal Electoral, volvieron a patear el fallo sobre los 61 millones de pesos que usó Morena en la precampaña de las corcholatas. Un adelanto de lo que viene;
- PLENARIAS.- Así de pomposo llaman los legisladores a sus reuniones previas al inicio de un período ordinario, el que inicia el 1 de febrero es el último de esta legislatura. En el Senado, Morena hará pasarela de gabinete y candidatas, el 31, el PRI el 30, al igual que MC y Verde. En San Lázaro, Morena, PRI y PRD el 30, y el PAN el 31. La última y se van; y
- OPOSICIÓN.- Se está empezando a dar un fenómeno en la oposición. El discurso de Santiago Taboada es más fuerte y decidido que el de Xóchtil Gálvez, que aún no se emplea a fondo. Debe ser por el exceso de asesores que no la dejan ser, lo que le da una ventaja a Claudia Sheinbaum, a la que López Obrador tampoco le permite ser y la ha limitado a representar la continuación de su régimen.
Nos vemos mañana, pero en privado.