Mientras que la carrera política de su exjefe y mentor, Marcelo Ebrard, se desmorona, la del presidente nacional de Morena, Mario Delgado, va en franco ascenso.
Ayer se descartó para competir por la candidatura morenista a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México. Así lo anunció: “Siempre he tenido el sueño de llegar a ser un buen gobernante de la Ciudad, sin embargo, hoy tengo un sueño más grande: contribuir a que por primera vez en la historia una mujer sea presidenta. Entre competir por la CDMX y ganar el país con Morena, prefiero lo segundo”.
Su decisión es acertada, ya que aceptó que sería inútil competir por dicha candidatura contra Omar García Harfuch, el ex secretario de Seguridad Pública de la CDMX, la persona que Claudia Sheinbaum desea que sea su sucesor al frente del gobierno de la capital del país y el dueño del nombre que aparece arriba en las encuestas que se han realizado para saber a quién quieren ver como el candidato morenista los habitantes de ella.
La única que cree que puede ganarle a García Harfuch es la dos veces delegada y una vez alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, a quien algunos califican como la candidata del presidente Andrés Manuel López Obrador.
A pesar de que Brugada dice estar arriba en las encuestas, la más reciente de ellas, realizada del 21 al 23 de septiembre por Buendía & Márquez para el diario El Universal, muestra que eso no es cierto.
A la pregunta “¿Quién prefiere que sea el candidato o candidata de Morena para jefe (a) de Gobierno de la Ciudad de México?”, 33% de los encuestados respondió que García Harfuch, 20% dijo que Brugada, 12% que el impresentable subsecretario de Salud conocido como Dr. Muerte, 6% por Delgado, recibiendo 5% o menos de las preferencias otras personas.
Delgado, que es un hombre de números y pragmático, seguramente vio esta o alguna otra encuesta seria y concluyó que no tenía la más mínima oportunidad de ganar la candidatura.
Al decir que su mayor sueño es “contribuir a que por primera vez en la historia una mujer sea presidenta”, confirmó que seguirá como presidente de Morena hasta, por lo menos, junio de 2024. Por ello, será responsable de que los candidatos de ese partido ganen la presidencia de la república, las nueve gubernaturas, la mayoría de las diputaciones federales, senadurías y demás cargos estatales que se elegirán el 2 de junio entrante. ¿Podrá lograr una mayoría de dos terceras partes en cada una de las cámaras de la legislatura federal para que se aprueben las reformas constitucionales que AMLO quiere?
Durante la larga era priista, la mayoría de los que fungieron como presidentes del PRI durante una campaña presidencial quedaron dentro del gabinete presidencial. Porfirio Muñoz Ledo fue secretario de Educación Pública de José López Portillo, Pedro Ojeda Paullada fue secretario de Pesca de Miguel de la Madrid, Jorge de la Vega Domínguez fue secretario de Agricultura y Recursos Hidráulicos de México de Carlos Salinas, Ignacio Pichardo fue secretario de Energía de Ernesto Zedillo y Pedro Joaquín Coldwell fue secretario de Energía de Enrique Peña Nieto. ¿Sucederá lo mismo el año entrante? ¿Habrá una secretaría de Estado en el futuro de Mario? El tiempo lo dirá.
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