Las mujeres mexicanas enfrentan una situación más desfavorable de lo que comúnmente se percibe, según un estudio sobre la brecha de género en ingresos y pobreza en México presentado recientemente por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Para este estudio se utilizaron datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2022 del INEGI, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del primer trimestre de 2023, también del INEGI, y la Evaluación de Pobreza 2022 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).
El análisis revela un panorama desalentador en materia de equidad de género en México. A pesar de los significativos logros y avances de las mujeres en diversos sectores, continúan enfrentando una amplia brecha económica que ha prevalecido por décadas. Por cada 100 pesos que recibe un hombre, una mujer obtiene tan solo 65. Esta brecha de ingresos del 35%, según la ENIGH, supera el 13% que reporta la ENOE para el tercer trimestre de 2023, ya que la ENOE considera únicamente ingresos laborales, mientras que la ENIGH integra otros tipos de ingresos.
El problema se intensifica al observar que la disparidad varía según las fuentes de ingreso, tal como lo evidencian las diferencias entre la ENIGH y la ENOE. Además, al analizar la información bajo criterios sociodemográficos, la situación se torna más compleja. Es alarmante que mujeres con estudios superiores, incluso en ocasiones superando en número a los hombres, ganen menos por el mismo trabajo realizado.
Al indagar sobre la composición salarial de las mujeres, el IMCO destaca una marcada dependencia hacia transferencias como pensiones, jubilaciones, becas, remesas y programas sociales. Estos ingresos reflejan no solo una limitada independencia económica sino también una estructura laboral y social inequitativa.
Uno de los aspectos más críticos es la insuficiente valoración y reconocimiento del trabajo doméstico no remunerado, predominantemente realizado por mujeres. Esta tarea no solo es valiosa en sí misma sino que impacta directamente en la economía y en la calidad de vida de las mujeres.
Ante esta realidad, el IMCO sugiere avanzar hacia una transparencia salarial, buscando erradicar estereotipos y prácticas que relegan a las mujeres a cargos menos remunerados. Aunque esta propuesta no es novedosa y ha mostrado ser efectiva en otros países, hasta la fecha, los gobiernos federales, sean priistas, panistas o morenistas, no han realizado acciones significativas para concretar esta transparencia.
El estudio del IMCO también resalta que, si bien la educación es esencial y una herramienta poderosa para el mejoramiento personal, no es suficiente por sí sola. Se necesitan políticas públicas con perspectiva de género, que valoren el trabajo doméstico y promuevan una genuina transparencia salarial.
Las cifras hablan por sí solas. Es imperativo actuar y demandar no solo igualdad, sino también equidad para las mujeres en México, pues el desarrollo y bienestar de una nación se refleja en el respeto y las oportunidades que brinda a todos sus habitantes.
Con una presidenta de la república a partir del 1 de octubre de 2024, ¿veremos un cambio real en la situación de las mexicanas? Espero que sí.
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