Juntos pero no revueltos: por más que, actualmente sean aliados, casi carnales, el PRI y el PAN aún son partidos políticos distintos. Y a pesar de las afinidades ideológicas que los han unido, aún tienen diferencias genéticas irreconciliables.
Se trata de dos institutos políticos de diferentes naturaleza: tanto culturales, como en prácticas y organización interna. Diferencias en su 'liturgia' como decía el ex presidente Enrique Peña Nieto.
Aunque la alianza entre el PRI y el PAN, el prianismo, data de los tiempos de Salinas de Gortari, en donde ambos partidos fueron clave en la instauración del neoliberalismo en México, no necesariamente comparten los mismos valores, mucho menos a nivel militancia,
El PRI siempre ha sido un partido de masas incluso con ideas progresistas y cierto nacionalismo revolucionario que aún les resta. Mientras que el PAN, desde su inicio, ha apelado a las clases medias y los sectores conservadores de la sociedad mexicana.
A pesar de que Xóchitl Gálvez creció inusitadamente, en parte por los ataques que diario recibe desde Palacio Nacional y las huestes morenistas, la contienda interna del Frente se le complicó al panismo.
Experimentaron, en carne propia, la aplanadora y la cultura priista que no dejó de aprovechar la oportunidad para darle un susto a Acción Nacional con la posibilidad de arrancarle la candidatura presidencial.
Porque, por más que hablen del proyecto por encima de las ambiciones personales, la batalla por el poder es cruenta en todo los rincones del planeta. Si no vean a los propios morenistas, que amagan con fracturarse de forma interna. a unos días de que se de conocer al sucesor o sucesora de la 4T al presidente Andrés Manuel López Obrador.
En el caso del Frente, el temor del PAN lo despertó Beatriz Paredes, quien comenzó a tomar fuerza a raíz de los debates ciudadanos, en donde la priista destacó e incluso lanzó indirectas a Xóchitl y llamó a Creel a no declinar.
Ahora que Creel ya se sacrificó en favor de la hidalguense, habrá que ver qué movimientos hará el Revolucionario Institucional.
¿Peleará hasta el fin por hacerse con la candidatura presidencial del Frente?
¿Se harán a un lado?
¿Fingirán competencia interna para darle legitimad al Frente?
¿Las tres anteriores?
No hay que perder de vista al PRI... que esta puede ser una oportunidad para revivir como partido, aunque ello implique deshacerse del PAN. Sin contar que a Morena le conviene sembrar la semilla de la discordia.