Marcelo Ebrard sacudió ayer la contienda interna de Morena.
Y ahora, en el mero día que se darán a conocer las casas encuestadoras que ese encargarán del levantamiento de los cuestionarios a la ciudadanía para elegir a la o el candidato guinda, sembró la semilla de la duda y la discordia.
En un duro mensaje, el ex canciller acusó a la Secretaría del Bienestar de realizar acarreos en favor de la ex jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum.
Asimismo, exigió a la dirigencia de Morena detener inmediatamente esa situación. Y redujo la contienda a un "es Claudia o yo".
Las reacciones no se hicieron esperar:
- Monreal se puso a favor de Ebrard y señaló que es importante investigar esta situación.
- Claudia decidió no responder y aseguró que ella siempre hablará bien de sus compañeros.
- Noroña se lanzó con todo en contra del ex canciller y lo acusó de prepotencia.
- Manuel Velasco criticó también a Ebrard y acusó circo mediático.
- Adán Augusto acusó una falta de respeto por decir que la contienda de los dos y señaló desesperación.
Sin embargo, el mensaje de Ebrard no necesariamente iba dirigido a Sheinbaum. También tenía otro claro destinatario: el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Al acusar uso electoral de recursos de la Secretaría Bienestar está acusando directamente al Gobierno federal de meter las manos en la contienda. Y no necesita decir el nombre del titular del Ejecutivo para responsabilizarlo.
El ex canciller no necesariamente amenazó con salirse del partido, como algunos especularon, pero sí advirtió sobre una posible ruptura al interior de la 4T,
Estos mensajes tienen la clara intención de ser escuchados en Palacio Nacional.
¿Y AMLO qué ha dicho? Ha usado el ejemplo argentino para ejemplificar cómo el zigzagueo y el querer correrse al centro, quedar bien con todos para salir mal con todos, causaron la debacle del peronismo en ese país.
Pero López Obrador no necesariamente se refiere a lo que pasa en Casa Rosada... sino también en las ríñas palaciegas de su propio partido. Así las indirectas a Ebrard.