Sin PRD... y sin mucha diversión.
Así fue ayer el primer diálogo ciudadano de los cuatro aspirantes semifinalistas del Frente Amplio por México: es decir, un eufemismo para referirnos al primer debate público de los precandidatos de la oposición.
Aunque difícilmente se le puede llamar debate a lo de anoche. Ni Beatriz Paredes, ni Enrique de la Madrid, tampoco Santiago Creel ni Xóchitl Gálvez lanzaron alguna propuesta sobre el futuro del país, mucho menos se atacaron o deliberaron entre sí.
También es cierto que, por directrices del Instituto Nacional Electoral (INE), están impedidos a hacerlo, emitir propuestas o llamados al voto, pero a estas alturas, donde la ley electoral es letra muerta, se echó de menos algo que no fuera únicamente atacar a la Cuarta Transformación.
Porque ese fue el epicentro del debate de anoche: criticar por más de una hora todo lo que ha hecho este Gobierno, sin proponer alguna alternativa de nación. Y se hace en un día en el que el obradorismo, pese a todos sus constantes y graves errores, puede presumir un logro histórico: sacar a 5 millones de la pobreza.
Ergo, el eje de anoche fue AMLO.
Otro debate, como ha sido en los últimos 17 años, sean oficiales o no, donde todo gira en torno a Andrés Manuel López Obrador.
En ese sentido, quien mejor lo hizo anoche fue Enrique de la Madrid, quien entendió que los debates, ante todo, son entretenimiento. Por eso lo inventaron los gringos: para hacerlo una noche espectacular, similar a sus peculiares deportes de pelota.
En un debate rara vez nos acordamos de los argumentos, sino de aquello capaz de estimular nuestra atención. Nixon sudando frente a Kennedy, Trump haciendo muecas frente a Hillary Clinton o López Obrador guardando su cartera frente a Ricardo Anaya.
El priista lanzó varios dardos que perduraron más en la memoria que lo homogéneos ataques de la oposición: empezó diciendo que él no le dará la mano a la mamá del Chapo Guzmán, además de que reveló que hay zonas del país donde, hasta para vender refresco, se le debe pedir permiso al narco.
De la Madrid remató el debate acusando a la 4T de ser un virus. El virus de la 4T.
Fuera de eso, el diálogo de anoche fue muestra de los errores que ha cometido la oposición en los últimos 5 años: su único proyecto de nación es lanzarse contra todo lo que huela a AMLO.