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Y cuando despertamos... el PRI ya no seguía ahí

El otrora gran partido de México agoniza y se desangra: ahora el dinosaurio ve acercarse el meteorito que lo extinguirá. 

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Llamen a un cura: el PRI necesita la santa unción.

Alguna vez fue el partido más poderoso, no sólo de México, sino de toda Latinoamérica. Tal fue su hegemonía que, a pesar de la guerra sucia, las represiones y las masacres estudiantiles, supo mantener la estabilidad política en el paìs durante la mayor parte del siglo XX.

Su alcance y relevancia en la vida nacional, por cierto, aún hacen un fuerte eco en la actualidad. No hay que olvidar que el tricolor incluso formó a las figuras políticas de mayor relevancia en el presente milenio, empezando por el presidente Andrés Manuel López Obrador y tres de sus posibles sucesores: Marcelo Ebrard, Adán Augusto y Ricardo Monreal.

Sin embargo, hoy el otrora gran partido de México agoniza y se desangra. El dinosaurio ve acercarse el meteorito que lo extinguirá. O quizá ya le cayó encima. 

El viernes se le puso un clavo más, quizá el definitivo, a su ataúd: una rebelión encabezada por el senador Miguel Osorio Chong sacudió los huesos, sin carne ya, del Revolucionario Institucional. 

El ex gobernador de Hidalgo y también ex secretario de Gobernación hizo inminente su salida del partido. Mas no se va solo, junto con él renuncian a las filas tricolores la senadora Claudia Ruiz Massieu, el ex gobernador Eruviel Ávila y la senadora hidalguense Nuvia Mayorga.

Esto ocurre en medio de un desmoronamiento alarmante del PRI: militantes y líderes en distintos estados han desertado del priismo en medio del proceso para elegir a su candidato o candidata presidencial, en donde probablemente el o la elegida provenga de su antiguo rival histórico el Partido Acción Nacional (PAN). 

¿Y qué pasa con 'Alito' Moreno?

Al dirigente se le hunde el barco... pero no pierde la sonrisa en las fotos.

Es poco probable que, en las elecciones federales del 2024, veamos la pérdida del registro a nivel federal del Revolucionario Institucional. Sin contar que aún le quedan dos gubernaturas para rato: Durango y Coahuila.

No obstante, estamos en los últimos momentos del PRI. Y un día, cuando despertemos, ya no estará ahí.