Opinión

A LA IZQUIERDA

Apuntes postelectorales

Los resultados muestran que por el momento a Morena, a pesar de sus deficiencias, le alcanza con la marca para afianzarse.

Créditos: Cuartoscuro
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Los resultados electorales en Coahuila y el Estado de México arrojan algunos temas sobre los que vale la pena reflexionar. A continuación desarrollo apenas algunos apuntes al respecto.

Las marcas electorales hacen la diferencia

Las marcas electorales pesan, a favor y en contra. Morena tiene muchas deficiencias, pero sigue siendo una marca popular, sin duda gracias a la figura del presidente (además de contar con los recursos estatales). En contraparte, las del PRI, PAN y el PRD están muy desgastadas, especialmente la del PRI (además que sin los recursos con los que contaba antes es mucho menos competitivo). La participación electoral en ambos estados muestra que hay un amplio porcentaje del electorado que no salió a votar, muchos seguramente por asumir que su voto no hacía la diferencia, pero otros tantos por no identificarse con ninguna de las partes. Por eso, al final, los resultados son consistentes con los términos de nuestra conversación, en donde hay un público muy grande a favor de Morena y uno pequeño a favor de la Alianza. En tanto, el otro público se mantiene pasivo y oculto para todos.

Las características locales importan

Aun así, la coyuntura de los estados importa en la configuración de esos públicos. Por ejemplo, en Coahuila hay un desencanto menor hacia el PRI, probablemente por los resultados en materia de seguridad, que en el Estado de México. Además, pese a que había muchos capitanes en la campaña de Delfina Gómez, finalmente lograron mantener la unidad, a diferencia de la campaña de Armando  Guadiana, en donde la división, la encuesta y el desaire de la burocracia del centro hacia los militantes coahuilenses terminó por entregar pésimos resultados para Morena. Eso cambió el tamaño y las características de los públicos.

Afianzarse y replantearse

Finalmente, los resultados muestran que por el momento a Morena le alcanza con la marca para afianzarse. Sus resultados pueden no ser tan buenos como pregonan y como quisieran, pero siguen siendo lo suficientemente buenos para mantenerse como la fuerza hegemónica. Por su parte, la Alianza debe replantearse, empezando por cada uno de los partidos que la componen, antes que en su conjunto. Desde el inicio han decidido ser únicamente oposición a Morena, sin reflexionar sobre su programa, su estructura y su organización. Les ha alcanzado para mantener con vida y buenos salarios a sus burocracias, pero no para ser una alternativa para un sector no movilizado y quizás opositor a Morena. Mucho se habla de que Movimiento Ciudadano puede reclamar la representación de ese sector, pero a corto plazo no se le ve suficiente potencial para ello.

Así que Morena seguirá el mismo camino rumbo a la elección presidencial; su reflexión llegará luego de Andrés Manuel López Obrador. Pero a la Alianza le urge replantearse muchas cosas si quiere sobrevivir al 2024.