Son tiempos de definición en la autodenominada Cuarta Transformación.
Los tres principales aspirantes a suceder al presidente Andrés Manuel López Obrador han comenzado a dividirse los apoyos al interior de Morena y sus partidos aliados: el Verde y el PT.
Es común, al salir a la calle, ver bardas con Claudia es Verde o el Verde con Ebrard. Bardas guindas en apoyo a Adán Augusto. Bardas guindas en apoyo a la jefa de Gobierno. Bardas guindas en apoyo al carnal Marcelo. Las menos, bardas del PT, con apoyos a Noroña.
El proceso electoral del 2024 está a la vuelta de la esquina: técnicamente inicia en septiembre, es decir, en cuatro meses; a menos que triunfe el Plan B de AMLO y se muevan los tiempos electorales.
En los pocos meses que restan del proceso interno de Morena, cada vez es más notorio quién está con quién. Y son raras y raros los guindas que aún no toman partido.
Gobernadores como Alfonso Durazo, Layda Sansores, Marina del Pilar, Salomón Jara, Evelyn Salgado, entre otras y otros, han hecho público su respaldo a Claudia Sheinbaum.
Mientras que, en el caso de Ebrard, senadores como Martha Lucía Micher, Bertha Caraveo y Héctor Vasconcelos, el ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, la ex subsecretaria Martha Delgado, por mencionar a algunos perfiles, han externado su apoyo por él.
El último fichaje del canciller es Lázaro Cárdenas Batel, hijo del líder histórico de la izquierda Cuauhtémoc Cárdenas y nieto del general y ex presidente con quien comparte el nombre.
Cárdenas Batel, quien hasta hace unos meses era asesor de López Obrador, hasta que renunció en marzo pasado, reapareció ayer al asistir a la entrega de un doctorado Honoris Causa a Ebrard por parte del Instituto Nacional de Administración Pública.
Este espaldarazo puede significar un apoyo de sectores progresistas y de izquierda, afines al cardenismo contemporáneo y que no necesariamente comulgan en Morena, al titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Es bien sabido que, al interior del partido oficial, el apoyo mayoritario es hacia Claudia y hacia Adán. La estrategia del canciller Ebrard, por lo tanto, se centrará en aglutinar el apoyo de la ciudadanía y de cuadros externos al morenismo.
Quedan pocos meses... ¿le alcanzará?