Los tiempos de cercanía entre el Ejecutivo y el Poder Judicial llegaron a su final. Y lo hicieron de una manera amarga.
A diferencia de Arturo Zaldívar, quien fue aliado de López Obrador durante la mayor parte del sexenio, que ahora se avecina a su ocaso, la nueva ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, ha cavado una zanja entre ambos poderes.
El gesto de ayer no sólo fue meramente simbólico, fue político: la titular del Poder Judicial rechazó levantarse a aplaudir al presidente durante su llegada a la conmemoración de la Constitución Política de México.
La ministra Norma Piña se quedó sentada en su lugar, mientras los gobernadores, legisladores y secretarios de Estado se levantaron para reconocer a López Obrador.
La acción de la jueza, quien además remarcó en su discurso la importancia de la autonomía del órgano que encabeza, quedará enmarcada como una de las imágenes más poderosas de fin de sexenio: a medida que el mandatario federal se acerca al final de su Gobierno, la Corte y el Poder Judicial marcan una ¿sana? distancia con el Poder Ejecutivo.
Sana entre signos de interrogación porque hay el riesgo de que, más allá de que se trate de un gesto para remarcar la división de poderes, pueda convertirse en una abierta confrontación entre ambos.
López Obrador ya ha criticado fuertemente en diversas ocasiones a la ministra Piña, o la 'ministra Peña', como ya le apodan los simpatizantes de AMLO para recordar que fue designada en el último gobierno del PRI.
A esa se suman las versiones periodísticas que señalaron, hace unas semanas, que en una reunión con el secretario de Gobernación Adán Augusto y la consejera jurídica de la Presidencia, María Estela Ríos, la presidenta de la Corte marcó una fuerte distancia con ellos y les advirtió que las prioridades de la 4T no necesariamente son las prioridades del Poder Judicial.
Ahora, mientras ambos poderes se dirigen a una era de tensión y diferencias, la Corte trae una bomba en sus manos: el Plan B de reforma electoral promovido por López Obrador que ya recibió una controversia constitucional por parte del Instituto Nacional Electoral (INE), organismo que invitó a la ciudadanía a ampararse contra el mismo.
La ministra no se paró... y AMLO no se va a quedar sentado.
P.D. Además del gesto de Piña, en redes circulan videos que cambiaron los lugares de última hora para alejarla a ella y al presidente de la Cámara de Diputados, Santiago Creel, para alejarlos del presidente,