El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación es una pachanga.
Dice el dicho: lo que empieza bien, termina bien. Y lo que empieza mal, termina mal. Esto último aplica a la perfección con la Sala Superior de dicho organismo jurisdiccional.
Todo empezó así, mal, poco higiénico, desde que, en 2016, todavía en tiempos de Enrique Peña Nieto, se decidió hacer una reforma a modo, un regalazo, para ampliarle el periodo en el cargo a los entonces nuevos magistrados electos: a los que iban a estar tres años, les extendieron la 'chamba' hasta 7 años. Se trata de José Luis Vargas e Indalfer Infante, que se acaban de ir este año y cuyos asientos siguen vacantes.
Mientras que, a los que iban a estar originalmente seis años, que son Reyes Rodríguez, actual presidente del Tribunal, y Felipe Fuentes Barrera, se les amplió de seis a 8 años su estancia en la Sala Superior.
Las otras tres magistraturas electorales, las de Felipe de la Mata, Mónica Soto y Janine Otálora, no fueron modificadas y se irán en 2025 como originalmente estaba previsto por la Ley Electoral, antes de que los legisladores le metieran mano y la ensuciaran.
Desde entonces, desde hace 7 años, el Tribunal Electoral ha sido un auténtico campo de batalla, por no decir un cochinero, A diferencia del Instituto Nacional Electoral (INE), donde a pesar de las diferencias, prima un ambiente de camaradería, la Sala Superior ha sido un kínder desde el inicio.
Magistrados que no se hablan, que se atacan, que se hacen majaderías, que filtran sus trapillos sucios y sus corruptelas ante la prensa.
Recientemente José Luis Vargas, apodado el 'Magistrado Billetes' y quien fuera el presidente del Tribunal que le entregó a López Obrador la validez de su triunfo en 2018, se despidió en un evento al que no fueron sus compañeros magistrados.
Esto mismo le pasó ayer a su acérrimo enemigo dentro del organismo, el actual presidente Reyes Rodríguez, cercano al PAN, que en su informe de labores fue abandonado por sus colegas magistrados. Es decir, le hicieron el feo.
No sólo eso, sino que también le revelaron un escándalo que puede dejar acéfalo al Tribunal: es acusado, al igual que el magistrado José Luis Vargas, a quien le tumbó la chamba de presidente en 2021, de extorsionar a uno de sus colegas de la Sala Superior, el magistrado Felipe de la Mata.
Quién lo iba a decir, los dos grandes rivales del organismo judicial, que pelearon la presidencia con periodicazos y filtraciones, son acusados de chantajear y extorsionar a una misma persona.
Fuentes del Tribunal Electoral aseguraron a la reportera Andrea Meraz de Grupo Fórmula que esto detonó una “falta de gobernabilidad” al interior del órgano judicial, lo que obliga a Reyes Rodríguez Mondragón a renunciar a su cargo o será destituido, golpe que recuerda al de 2021, cuando Vargas fue orillado a dejar la presidencia.
Esta crisis se vio reflejada este lunes, cuando el presidente del Tribunal acudió a la Suprema Corte de Justicia de la Nación a rendir su informe y solamente acudió la magistrada Janine Otálora. El resto de los integrantes del Tribunal, los magistrados Mónica Soto, Felipe Fuentes y Felipe de la Mata, por su parte, difundieron una fotografía almorzando en un restaurante de San Ángel. Una total majadería.
De acuerdo con la información obtenida por Meraz, la ruptura inició tras la salida de Yhali Cruz Valle-quien compite por un lugar en la Sala Regional Especializada- de la ponencia de De la Mata para irse con el magistrado Vargas Valdés.
Y comenzó con el amago de exhibir de actuaciones indebidas al magistrado Felipe de la Mata a través de correos electrónicos enviados a personal del Tribunal, situación que ya fue denunciada ante la Fiscalía General de la República (FGR) por parte del magistrado. Ante la situación, se habla que la magistrada Mónica Soto quedaría al frente de la Sala Superior, aunque tampoco se descarta que el magistrado Felipe Fuentes Barrera pudiera repetir en el cargo.
El pleitazo, digno de estudiantes de primaria, que se aplican la ley del hielo, ocurre a seis meses de la elección presidencial del 2024, cuya validez les tocará calificar. Pero... ¿con qué legitimidad?
Este Tribunal inició mal... y terminará mal.