En una de las mañaneras, el presidente López Obrador se quejó de que en su gobierno había más desaparecidos, entonces 43 mil, que los 17 mil del de Felipe Calderón, su obsesión.
Ante esto, anunció una revisión de ese censo porque era campaña de desprestigio en su contra porque, temporada de zopilotes, dijo, que llevó a la salida de Karla Quintana de la Comisión Nacional de Búsqueda y la acusó de pertenecer a una organización de derecha que intentaba afectarlo a él, claro, y a su gobierno. No es cierto, aseguró, que haya 126 mil desaparecidos y lo vamos a probar para que se conozca la verdad. El censo que se tenía no estaba bien manejado, insistió.
Así ordenó a la secretaría del Bienestar que organizara a sus siervos de la Nación, para preguntar casa por casa, por los desparecidos, de lo que también instruyó a sus 23 gobernadores.
De este modo llegamos a la mañanera de ayer en la que la secretaria de Gobernación, Luis María Alcalde Luján, presentó una serie de estadísticas según las cuales desde que se empezó a llevar esta contabilidad en México, noviembre de 1991, había 110 mil 964 desaparecidos y afirmó que con este nuevo conteo habían localizado a 16 mil 681 personas, y ubicado, nuevo término, a 17 mil 843, lo que da un total de 34 mil 524, que no sé si restar de esos 110 mil 964 del global histórico o de los 47 mil 579, de los cinco años de López Obrador.
El hecho es que el censo oficial de Gobernación, al día de ayer, publica esta última cifra, 47 mil 579 desparecidos que su titular ignoró, y que en estos cinco años desaparecieron 129 mil 891 personas de las que encontraron a 75 mil 312, el 61 por ciento del total, lo que es un logro de gobierno que ayer calló.
Entiendo que López Obrador quiera tener menos desaparecidos de los que tuvo Calderón, todos lo queremos, pero las cuentas de ayer no les salieron y las que tenían buenas, los 75 mil 843 desaparecidos recuperados, no las dieron.
Allá ellos y sus otros datos.
RETALES
1. MILITANTE.- Como le adelanté, Lenia Batres, uno de los más duros activos de Morena y López Obrador, fue designada por éste como la ministra número once. No sé qué pese más, si su militancia o sus limitaciones constitucionales. El presidente tiene otro asiento en ese pleno:
2. CONVICCIONES.- No tardó mucho el priísta Adrián Ruvalcaba en descararse, tras ser desechado como candidato del Frente Opositor al gobierno de la CDMX. Ayer renunció a su partido y anunció su incorporación a la campaña de Claudia Sheinbaum, que no puede seguir levantando todo lo que se acerque;
3. GEOGRAFÍA.- Ya había dicho Omar Fayad en el Senado que no tenía méritos para ser embajador y ayer lo documentó. Tras protestar el cargo, declaró que impulsaría los vínculos comerciales con ¡Suecia! cuando será embajador en ¡Noruega!
Nos vemos el martes, pero en privado.