La reaseguradora estadounidense Gallagher Re, la tercera más grande del mundo, publicó ayer un informe en el que señala que las pérdidas aseguradas por el huracán Otis ascenderán a miles de millones de dólares y se convertirá en uno de los eventos más costosos (si no el más costoso) en la historia del mercado asegurador mexicano.
El informe afirma que Otis causó un “daño extenso y catastrófico” en propiedades residenciales y comerciales en Acapulco y que la pérdida económica superará los 10 mil millones de dólares. Este monto incluye daños directos y la interrupción de negocios por pérdida neta, resultado de impactos en propiedades físicas, infraestructura y agricultura. Otros analistas calculan que la pérdida será de unos 15 mil millones de dólares.
Gallagher Re explica que un evento de esta magnitud generalmente requiere un período más largo de lo normal para la evaluación y el procesamiento de reclamaciones de seguros.
La reaseguradora destaca que la magnitud de la catástrofe probablemente activará un pago del bono de catástrofe en vigor de México, que fue emitido originalmente por el extinto FONDEN (Fondo de Desastres Naturales) en 2020.
Gallagher Re añade que la colocación del bono de catástrofe tiene cobertura dividida en cuatro clases distintas: terremotos de baja frecuencia, terremotos de alta frecuencia, huracanes del Océano Atlántico y huracanes del Océano Pacífico y agrega que “Los cuatro posibles pagos oscilan entre 60 millones y 125 millones de dólares, y cada uno tiene gatillos paramétricos establecidos que deben cumplirse para ser activados. El tamaño total del bono es de 485 millones de dólares. Sin embargo, el FONDEN fue eliminado en septiembre de 2021 y ya no está vinculado al bono de catástrofe. Esto significa que se espera que los pagos sean dirigidos directamente a los residentes afectados y que algunos municipios no reciban fondos para financiar la reconstrucción de la infraestructura pública dañada”.
“La pérdida asegurada llevará tiempo en determinarse, pero se espera que exista una parte considerable del daño que no esté asegurado o esté infraasegurado”, comentó Steve Bowen, director científico de Gallagher Re.
Las pérdidas y los sufrimientos serán mayores para aquellos propietarios de casas y negocios que no estaban asegurados contra daños como los que causó Otis.
En una entrevista que concedió a Bloomberg Línea, el titular de Daños y Autos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), Carlos Jiménez, informó que solo entre el 18% y el 25% de las casas en Acapulco están aseguradas contra daños patrimoniales. Añadió que la mayoría de los hoteles y negocios pequeños no contaban con un seguro contra daños.
Según algunos expertos, la reconstrucción de Acapulco tardará años, unos dicen que un mínimo de cinco. ¿Durante este tiempo, de qué van a vivir los cientos de miles de hombres y mujeres que vivían del turismo o actividades relacionadas con esta industria? ¿Cuántos micro, pequeños y medianos empresarios tienen la capacidad económica y crediticia para reconstruir sus negocios?
La magnitud de la catástrofe causada por Otis tardará un tiempo en conocerse, pero todo indica que será inmensa. Es indudable que el huracán afectará de alguna manera u otra la vida de todos los mexicanos.
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