Roma, Italia. - La atención del mundo se centra en el conflicto entre Israel y el grupo terrorista Hamas, desencadenado tras el sangriento ataque perpetrado por este último el 7 de septiembre contra civiles israelíes, incluyendo hombres, mujeres y niños. En medio de este escenario, las noticias sobre el conflicto ruso-ucraniano pasaron a segundo plano y aún menos se habló sobre la importancia de las elecciones parlamentarias y el referéndum que tuvieron lugar ayer en Polonia. Estos eventos tienen en juego la permanencia de Polonia en la Unión Europea (UE), considerando que su actual gobierno, de tendencia derechista y populista, ha confrontado a la UE, desobedecido leyes europeas y reducido su apoyo a Ucrania luego de respaldarlo tras la invasión rusa.
Según una encuesta a la salida de las urnas, el partido populista gobernante, Ley y Justicia (PiS), está al borde de perder su mayoría parlamentaria, a pesar de haber obtenido la mayoría de votos en unas elecciones altamente disputadas y riesgosas. Los resultados de esta elección tienen el potencial de reconfigurar el futuro del país, la dinámica de poder en la UE, el destino de miles de migrantes y el curso de la guerra en Ucrania.
El PiS ha estado en el poder durante ocho años y buscaba lograr una tercera victoria electoral consecutiva, un logro no visto desde la liberación de Polonia de la Unión Soviética en 1989. Enfrentó una fuerte oposición liderada por el ex Primer Ministro polaco y expresidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
Críticos, tanto dentro de la UE como en la oposición polaca, han acusado al PiS de socavar las instituciones democráticas del país y de ejercer un mayor control gubernamental sobre el sistema judicial, los medios de comunicación y las instituciones culturales. Además, ha adoptado una postura contraria al acceso al aborto y los derechos LGBTQ+.
Durante la campaña electoral, el PiS respondió a las acusaciones de la coalición liderada por Tusk argumentando que, en caso de regresar al poder, este último se sometería a los intereses de Bruselas y Berlín.
De manera simultánea a las elecciones, se llevó a cabo un referéndum que abordó cuatro cuestiones cruciales relacionadas con las políticas de la UE. Las preguntas planteadas a los polacos fueron las siguientes:
- ¿Apoya la admisión de miles de inmigrantes ilegales de Oriente Medio y África bajo el mecanismo de admisión obligatoria impuesto por la burocracia europea?
- ¿Apoya la venta de activos estatales a empresas extranjeras, lo que conduce a la pérdida del control de los polacos sobre sectores económicos estratégicos?
- ¿Apoya el aumento de la edad de jubilación a los 67 años para hombres y mujeres?
- ¿Apoya la eliminación de la barrera en la frontera entre la República de Polonia y la República de Bielorrusia?
A medida que Polonia aguarda los resultados finales de las elecciones y el referéndum, el país se encuentra en una encrucijada crítica, definiendo no solo su rumbo interno, sino también su lugar en la Unión Europea y su impacto en el conflicto ucraniano en curso. Las implicaciones de esta elección resonarán no solo dentro de las fronteras polacas, sino en toda Europa, el Medio Oriente y África.
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