Nos encontramos a menos de una semana para iniciar el Torneo Clausura 2023, casi en seguida de importante noticias y eventos relacionados con el futbol; no ha transcurrido ni siquiera un mes desde la final del Mundial jugada en Doha entre Argentina y Francia, con el triunfo de la albiceleste y el encumbramiento de un jugador que ya es de época: Lionel Messi. El fallecimiento del O Rei Pelé, tan reciente que sus homenajes siguen planeándose dentro de varias ciudades dentro de Brasil; el más importante, en el estadio Vila Belmeiro, el escenario en el que el astro brasileño cambió el futbol para siempre con su eterno equipo, Santos. Para muchos el más grande futbolista, sobre todo para las generaciones que aún pudieron ver algo de su magnificencia en la cancha, Pelé transformó el futbol acartonado con plasticidad, gracia y pasión por la pelota, que nunca tendrá otro amante como él. Atrás del Rey vendrán los demás, las generaciones recientes que tendrán que darse cuenta que, mucho antes que los nuevos ídolos, Pelé ya lo había hecho todo. México tiene una relación única con Edson Arantes do Nascimiento, 1970 fue la Copa en la que el mundo se rindió a sus pies, el momento en el que la afición mexicana se convirtió en la ‘Torcida’ más grande fuera de Brasil y se cambió a la música de mariachis por la samba, un romance mexicano con la verdeamarela que duraría muchos años más.
Han pasado poco más de 15 días desde la final de Catar 2022, ni siquiera la mitad del tiempo que se planteó en la Federación Mexicana para entregar el balance de lo que significó el último proceso mundialista que terminó con el fracaso del la Selección Mexicana; sesenta días, dos meses, fue el plazo que se definió para poder hacer un resumen completo, pero con el que parece se pretende enfriar todo posible sentimiento y tras el que se podría olvidar, por haber asuntos más actuales, el mal papel del combinado mexicano. El inicio de la liga servirá como un paliativo para poder cubrir con la desmemoria lo sucedido en la Copa del Mundo de Medio Oriente. El Clausura 2023 se encontrará cerca de la mitad de su realización cuando lleguen los informes de un Mundial que para entonces parecerá lejano; junto con los planes para el siguiente, que da la sensación de estar mucho más cercano y sin un proyecto claro; mucho de lo que se pueda pensar para este futuro inmediato, parece bastante apurado y sin un periodo suficiente para cumplir objetivos que solo llegan con el tiempo y buen trabajo.
El Clausura 2023 llega casi sin que se haya bajado del todo la melancolía que provoca el fin de un Mundial; de pronto ya estamos viendo los cambios en los equipos de la liga que sucedieron casi sin darnos cuenta, al vapor, para evitar grandes reacciones o críticas. Hay un movimiento importante en la baraja de técnicos en al torneo local; caras nuevas, algunas recicladas y otras con una oportunidad que podría ser la última para afianzar su carrera en el balompié nacional. El mercado de piernas se ha movido poco después de Catar, cuando en anteriores Mundiales se anunciaban grandes exportaciones o traspasos internos de alta expectativa; hoy, hay poca ilusión en cuanto a contrataciones se refiere, de alguna manera el jugador mexicano perdió valor junto con la Selección y hay pocos clubes interesados en hacer grandes inversiones en elementos que provengan de la liga local. César Montes es el único que logró dar un salto medianamente importante; aunque llega a La Liga de España, aterrizó en un equipo al que le cuesta destacar en el torneo español y que tiene pretensiones más de permanencia que de puestos de competencias UEFA.
El año comienza, acompañado de un torneo mexicano que tiene muchos temas pendientes de cambio, pero que seguirán entrampados entre los intereses comerciales de unos y los deseos deportivos de la mayoría que espera un avance en un futbol que en algún momento llegó a ilusionar por cierto crecimiento pero que en el último proceso mundialista, retrocedió algunos varios años.