Opinión

YASMÍN ESQUIVEL

La ministra de los ojos verdes

La UNAM tiene tres opciones para proceder contra Yasmín Esquivel.

Créditos: Cuartoscuro
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“Lo que ha de suceder, sucederá”: 

Emilzan

En entrevista con mi compañero y amigo, Joaquín López Dóriga, la profesora, asesora y sinodal de la ministra Yasmín Esquivel, Martha Rodríguez Ortiz, quiso exculpar a la ministra diciendo que su ex alumna “era muy bonita, de ojos verdes” y que, en ese tiempo, tan inocente, “estaba perdida” para realizar su trabajo de tesis, por eso decidió compartir el trabajo entre Esquivel y Edgar Ulises Báez. 

En ese tiempo, en efecto, no había las facilidades metodológicas ni tecnológicas para realizar una tesis. Era necesario meterse a la biblioteca de lleno, para satisfacer la necesidad de fuentes y citas académicas.

Ya sea por tiempo o por ayudar a la alumna de “ojos verdes”, la profesora Rodríguez, decidió matar dos pájaros de un tiro. Que sus alumnos presentarán el mismo trabajo, en diferentes entidades académicas y en diferente tiempo para “tapar el ojo al macho”.

Sin embargo, en algún momento, en la biblioteca central alguien debió notar que había varias tesis con el mismo título y con distintos nombres. En los ochenta, todavía había que, entregar una copia física de la tesis en la Biblioteca central. Alguien sigue mintiendo.

Ante la demanda de la comunidad universitaria y de la sociedad en general, el Rector Enrique Graue reconoció que el plagio representa una falta de integridad académica “que ha lastimado severamente a la UNAM y a las decenas de miles de estudiantes, académicos, tutores de tesis y egresados que empeñan y han empeñado un inmenso esfuerzo en cumplir a cabalidad, con ética y rigor académico, con este requisito”.

Reconoció que el plagio no es cosa menor, ya que es “una conducta reprobable, una usurpación de ideas y talentos. Es un acto que pone en entredicho la ética y la moral de quien lo comete, y ofende a quienes se esmeran en cumplir con este requisito académico”.

La UNAM reconoció el Rector Graue, es el “sitio donde debe prevalecer, en todo momento, la cultura de la legalidad y de la verdad”. Obviamente, el cese de la profesora y asesora de la ministra Esquivel, no es suficiente.

La primera reacción de la máxima casa de estudios se tradujo en un acto para zafarse del problema. Aventar la bolita a la Secretaría de Educación Pública que le reviró en voz del presidente López Obrador, quien pidió al Rector actuar con responsabilidad.

El Rector que ha tenido algunos problemas de salud confió en su equipo legal para emitir una opinión que, a todas luces, resultó “incompleta e ineficiente”. Sin embargo, ante la avalancha de reacciones decidió tomar el toro por los cuernos.

Mi Rectoría dijo “de ninguna manera evade su responsabilidad. Mi actuar no es tampoco producto de postergaciones, timidez, temor o encubrimientos”.

Y es que personalmente, el doctor Graue no podía echarse encima a una ministra de la Suprema Corte de Justicia, por ello, abrió la opción que el abogado general de la UNAM Alfredo Sánchez Castañeda no sabía que existía: recurrir al Consejo Universitario y a su comisión de ética.

En un documento editado en la oficina que, ahora ocupa Sánchez Castañeda, en 2018, denominado “Plagio y Ética”, se explican las consecuencias éticas y jurídicas del “robo académico”.

En la página 28 del documento se puntualiza que: “para el caso de egresados de la UNAM que presentan obras ajenas como tesis para su examen profesional, la nota informativa de fecha 21 de junio de 2007 emitida por la Oficina de la Abogada General, señala que, además de seguir con el procedimiento establecido en la legislación universitaria, se acordará la nulidad del examen sustentado y la revocación del título profesional”. 

Además, el documento indica que, en el contexto normativo, debe considerarse el Código de Ética aprobado por el Consejo Universitario en el 2015, donde se subraya que, los principios que deben guiar el quehacer universitario son la integridad y la honestidad académica.

Aunque en Rectoría afirman que es un documento académico, abre la puerta para ampliar la decisión sobre el plagio de la ministra. En este contexto, para la susodicha casi jurista de los ojos verdes, hay tres opciones, por el momento. 

La primera que le anulen el examen profesional y le revoquen el título de abogada.

La segunda, una salida político-jurídica. Declarar una suspensión del procedimiento de graduación de la ministra, es decir, darle la opción de que presente una nueva tesis y un nuevo examen profesional con otro trabajo. 

La ministra tendría que solicitar un permiso a sus compañeros de la Suprema Corte de Justicia para dedicarse a rehacer su tesis, y al cabo de un año, graduarse nuevamente. Una salida que conviene a la ministra quien podría ofrecer una disculpa por ser tan inocente hace 30 años y salir como el ave fénix del atolladero.

Para la UNAM y al Rector, una salida elegante, por ofrecer la oportunidad de corrección a una de sus pumitas descarriadas.

Y la tercera que representaría un revés para la legitimidad universitaria: exonerar a la ministra de los ojos verdes. Decisión que traería consecuencias funestas. 

Al tiempo.

De la libreta

  • Es una vergüenza y una afrenta lo que le sucede a la saxofonista oaxaqueña, María Elena Ríos. Su caso debe ser un ejemplo para detener la impunidad y la violencia contra la mujer en Oaxaca. El gobernador Salomón Jara, debe actuar de manera firme contra su agresor, Juan Antonio Vera y contra el juez Teódulo Pacheco quien había permitido su liberación para cursar la prisión domiciliaria.
  • La herencia degradante de los gobiernos priístas y panistas tiene al municipio de Naucalpan en las puertas del infierno. Endeudado, empobrecido y en la lista de los cinco municipios más inseguros, ha dejado de ser un oasis de oportunidades para convertirse en un pozo lastimero de supervivencia.
  • Estudiantes de la UNAM que prestan su servicio social en la SEDATU (Secretaría de Desarrollo Urbano y Territorial) que dirige Román Meyer, denuncian que han sido acosadas sexualmente, y los funcionarios superiores de la dependencia están encubriendo a los responsables. Las jóvenes acusan a Víctor Ricardo Ramírez Vázquez, quien es funcionario en Sedatu y profesor en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

@HectorHerreraAR