Qué oso con las visitas.
La nota de la Cumbre de Norteamérica no fueron los acuerdos tomados entre los líderes de Estados Unidos, México y Canadá. No fue el fentanilo ni la migración y los semiconductores.
La nota se la llevó el presidente Andrés Manuel López Obrador, que aprovechó la conferencia de prensa conjunta con Joe Biden y Justin Trudeau para convertirla en una ¡MAÑANERA!
El titular del Ejecutivo, en un hecho insólito que sorprendió a medios extranjeros, dio un monólogo de media hora en donde se puso hablar de temas variopintos: desde pensiones hasta narcoseries.
Te podría interesar
Bloomberg publicó una crónica llamada El monólogo de 28 minutos del presidente mexicano tuvo a Biden y Trudeau mirando a los pies, donde se narra el inaudito acto presidencial.
Bueno... inaudito para los gringos. Las y los mexicanos ya estamos acostumbrados a la bellaquería presidencial.
Y todo surgido a raíz de Sara Pablo, compañera reportera de GRUPO FÓRMULA, que realizó diversas preguntas a los líderes de México, EU y Canadá sobre temas energéticos y de seguridad.
En específico, nuestra colega cuestionó a Joe Biden su opinión sobre la captura de Ovidio Guzmán, uno de los criminales más buscados por la Unión Americana, quien ha inundado de opioides a esa nación.
"Del tema del fentanilo, ¿qué acciones concretas se van a llevar a acabo? ¿Qué impacto podría tener esta detención de Ovidio Guzmán, dado que el Cártel del Pacífico es uno de los principales productores de fentanilo?" preguntó la reportera a Joe Biden.
El mandatario estadounidense no pudo contestar la pregunta de Sara Pablo porque, ya sea por maña o costumbre, López Obrador realizó un sermón de media hora en la que habló de Jóvenes Construyendo el Futuro, Pensión del Bienestar y las narcoseries.
Los pobres de Justin Trudeau y Joe Biden pasaron la media hora más extraña de su vida: viendo sus pies en suelo extranjero.
Y ya no supimos su postura sobre Ovidio.
A AMLO se le olvidó que estaba hablando ante líderes mundiales y no ante Lord Molécula.
Ojo con Coahuila
Vientos de guerra resuenan en el norte de México.
El partido oficial, Morena, corre el riesgo de escindirse debido al descontento por la candidatura de Guadiana. Ricardo Mejía, subsecretario de seguridad, dicen las malas lenguas, está a punto de renunciar a los guindas y buscar ser abanderado del Partido Verde y el PT.
La 4T se despluma a sí misma.