Opinión

VENTANA

Para terco, terco y medio

Parafraseando al querido “perro” Bermúdez, la oposición la tenía, era suya y la dejó ir... y no pudo darle la estocada final a la iniciativa sobre militares en las calles.

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La oposición en el Senado ganó una batalla, pero Morena no perdió la guerra. Parafraseando al querido “perro” Bermúdez, la oposición la tenía, era suya y la dejó ir; le faltó oficio en la “cancha” para matar la iniciativa que buscaba ampliar la presencia militar en las calles hasta 2028

Si los “guindas” se replegaron fue para tomar impulso de cara a un segundo asalto. En el primero, no les alcanzaban los votos, y según la panista Xóchitl Gálvez, tampoco el dinero para corromper. Xóchitl afirma que el secretario de Gobernación, la “corcholata” López, operó descaradamente desde un hotel cercano al recinto senatorial, donde recibió a algunos legisladores clave del bloque opositor. Con unos hubo negociación, con otros, intimidación. 

Ante la derrota inminente, Ricardo Monreal, jefe de la mayoría oficialista optó por sacar el colmillo político; salvó al presidente de una rotunda derrota al retirar el dictamen, evitar la votación y proponer la elaboración de un nuevo proyecto; Morena, con achichincles y “chimizclanes”, tiene diez días para convencer y vencer. 

Si los opositores sueñan con mandar la reforma militarizadora a la congeladora, otra vez, se equivocarán. 

López Obrador se los explica con peras y manzanas: “la estrategia de alargar el proceso nos conviene”; adelanta la intención de ejercer el privilegio de mandar para proponer una tercera iniciativa, sin prisa, pero sin pausa. 

Para terco, terco y medio.

Ya lo dijo Sun Tzu en “El Arte de la Guerra”: “Debemos fingir debilidad, para que el enemigo se pierda en la arrogancia”.