Nunca como hoy, el 19 de septiembre vuelve a ser fecha maldita; duele; da miedo.
La macabra coincidencia de tres sismos ocurridos en el mismo día, con diferencia de 32 y cinco años, cimbra recuerdos imborrables; remueve temores.
En 85, diez mil muertos reconocidos por las cifras oficiales, hasta el triple según recuentos no autorizados; 370 en 2017; en total miles y miles de heridos, millones de damnificados y centenares de inmuebles dañados parcial o totalmente.
Ahora, en 2022, se cimbra la tierra en Coalcomán, Michoacán; el sismo fue de 7.7 grados, precisa el sismológico nacional; ha habido réplicas. En Manzanillo, Colima, hay un muerto; le cayó una barda encima. También hay daños en la zona.
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Los familiares huérfanos de los 26 muertos, 19 de ellos niños, del Colegio Rébsamen en 2017, quienes reclaman justicia desde hace cinco años, han sido olvidados, al igual que cientos de damnificados quienes ruegan por ayuda para reconstruir sus viviendas dañadas.
Hasta ahora la única realidad es que la naturaleza los sacude de nuevo.