El presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho quién sabe cuántas veces que, antes que él, nadie de los que hoy criticamos su gestión denunció las fallas del modelo neoliberal.
Es probable que, dedicado como estuvo durante décadas creando y encabezando movimientos sociales y visitando todos de los municipios del país, no tuviera el tiempo o la oportunidad para enterarse de que había varios periodistas señalando, igual que él, los defectos del neoliberalismo.
Es casi seguro que no leyera mi artículo que se publicó el 9 de agosto de 1998 de la revista Impacto, el cuál intitulé Contra el Modelo.
Parte de lo que escribí en esa ocasión es lo siguiente:
“En menos de un año, dos colosos del pensamiento universal se han manifestado en contra del modelo económico adoptado por la mayoría de los países desarrollados y tercermundistas del mundo, México incluido. Es significativo que ambos pensadores condenen sin el menor recato a lo que en nuestro país se denomina neoliberalismo por sus detractores y globalización por sus defensores.
“Quién sabe si lo que a continuación se transcribe haya sido alguna vez leído por quienes han contribuido a imponer el modelo económico vigente en estos Estados Unidos Mexicanos o por quienes de alguna manera lo defienden, sostienen y promueven a ultranza. El hecho es que desde 1979, con la llegada de la conservadora Margaret Thatcher al poder en el Reino Unido y la imposición de la filosofía y las políticas, programas y estrategias neoliberales en ese país, hasta nuestros días, el modelo económico globalizador ha arrasado países enteros, tanto industrializados como subdesarrollados, arruinado a cientos de millones de vidas alrededor del planeta y empobreciendo a porcentajes cada vez mayores de la población mundial. Todo esto mientras un reducidísimo grupo plutocrático ha acumulado fortunas y poder político como nunca antes se había visto”.
Las transcripciones a que me referí en el párrafo anterior eran de dos artículos que aparecieron en la edición septiembre/octubre 1997 de la revista estadounidense Foreign Affairs. El primero fue escrito por el austríaco-estadounidense Peter Drucker (1909-2005), quien fue el padre y filósofo de la administración moderna; el segundo por el historiador estadounidense y ganador del Premio Pulitzer, Arthur Schlesinger Jr. (1917-2007). En sus textos ambos criticaron duramente al modelo neoliberal.
Drucker, en su artículo The Global Economy and the Nation-State (La Economía Global y la Nación-Estado), concluyó que las nuevas limitaciones que el neoliberalismo le ha fijado al gobierno causan que las decisiones económicas sean dictadas por la economía global en lugar de serlo por la nación-estado.
En su artículo Has Democracy a Future? (¿Tiene Futuro la Democracia?), Schlesinger advertía que las crecientes desigualdades en el ingreso de los pobladores de los países “neoliberados” podría prohijar una nueva generación de lucha de clases e inestabilidad, una posibilidad que podría conducir a un futuro totalitarismo.
Han transcurrido casi 24 años de que se publicara mi texto y casi 25 de que aparecieran los artículos de Drucker y Schlesinger, pero sus proponentes no se dieron por enterados porque no les convenía.
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