En la mañanera del martes, ante el presidente de la República, Marx Arriaga, director general de Materiales Didácticos de la SEP, anunció el nuevo modelo educativo del actual régimen, que tiene como prioridad alinear sus objetivo a los propósitos de la Cuarta Transformación, un modelo, dijo, que será libertario, humanista que termine con el racismo de las pruebas estandarizadas que segregan a la sociedad.
Agregó que los actuales libros de texto refuerzan al viejo régimen que continúan el modelo de educación neoliberal, para luego criticarlo: meritocrático, elitista, patriarcal y racista.
Tan encarrerado iba este filólogo en la lluvia de calificativos, que siguió: el actual modelo neoliberal educativo, es conductista, punitivo, patriarcal, racista, competencial, eurocéntrico, colonial, inhumano, clasista, meritocrático, elitista, patriarcal, y celebró al nuevo modelo educativo de la cuarta transformación; es decolonial, dijo, libertario, humanista y que acabará con el racismo y el clasismo en esta sociedad cansada de tantos abusos y de tantos atropellos, para terminar con el ya lugar común de es cuanto, señor presidente.
Ante este diluvio de calificativos, el doctor Gilberto Guevara Niebla, un respetado especialista en el tema educativo, fue devastador: no hay una definición del proyecto educativo de la 4-T. Y en esta propuesta hay, digo yo, más ideología que pedagogía.
Pero así son los tiempos luminosos, repiten, de la cuarta transformación.
RETALES
- TELÓN.- Hoy termina el segundo período ordinario de esta legislatura y se instala la Permanente en la que Morena endosó un legislador al PES, que no existe como bancada ni como partido, para mantener un asiento en esa comisión y al PRD se lo quitaron porque solo tiene tres senadores, pero oficialmente existe como partido. La pregunta es ¿Por qué el bloque opositor PRI-PAN no le dio un espacio? Así sus alianzas. ¡Ah! Y tres diputados del oficialismo se pasaron al PT para que puedan ir a la Permanente. Así el mercado legislativo;
- CARÁCTER.- El AIFA es para Andrés Manuel López Obrador lo que el aeropuerto de Texcoco era para Enrique Peña Nieto. Pero éste confió en los constructores, los mismos que hoy son de la 4-T, y no lo dejó consolidado, lo que permitió que su sucesor lo cancelara y antes de tomar posesión. La diferencia es que con Peña Nieto se fueron a tiempos perdidos y con AMLO a un plazo que cumplió. Ya su operatividad es otra cosa; y
- ¿CRUZ?- De nuevo la violencia ahora en el conflicto de la cooperativa de Cruz Azul en cuya planta de Tula, la madrugada de ayer mataron a ocho trabajadores e hirieron a otros once. No sé hasta cuándo la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde va a intervenir en este conflicto cooperativista de su responsabilidad. A ver si los muertos la animan.
Nos vemos mañana, pero en privado.