Las imágenes son dantescas: cuerpos tirados, ensangrentados y desnudos. El horror se apoderó del estadio Corregidora.
En el mundial de 1986, las canchas queretanas albergaron encuentros de potencias futbolísticas como Uruguay y Alemania. Casi 36 años después, son la sede del punto más bajo del futbol mexicano. Lo cual no es decir poco, dado que la liga nacional ha tenido múltiples escándalos de corrupción y malos manejos. No olvidar el "cachirulazo", que nos dejó sin el mundial de Italia 90.
La brutalidad y la "barbarie" que ocurrieron en el encuentro del Atlas contra el Querétaro, son la gota que debe derramar el vaso: deben prohibirse tajantemente a las barras deportivas, las cuales tienen indicios de estar infiltradas por el crimen organizado.
Lejos quedaron los días en los que el futbol era un deporte familiar en México. Donde los estadios eran un espacio de convivencia sana y de esparcimiento para las familias del país. Ahora, ¿quién quiere arriesgarse a ir a uno, que se asemejan cada vez más a una zona de guerra? Esos espacios ahora están en manos de criminales y barras deportivas nocivas para el deporte... porque lo que pasó en el Corregidora no es un caso aislado, es un síntoma más de la inseguridad que prevalece en el país.
Una de las líneas de investigación de la Fiscalía estatal, de acuerdo con fuentes periodísticas, como testimonios recabados por periódicos de circulación nacional, entre ellos Reforma, señalan que uno de los líderes de los barristas del Querétaro es "El Beto", quien presuntamente forma de un grupo de huachicoleros.
El caso de Querétaro se pone más turbio: la empresa G.E.S.K9, la cual estaba encargada de la seguridad del estadio, se esfumó de la faz de la tierra.
Todas las redes sociales de la misma desaparecieron, que es donde realizaba reclutamientos de personal por pagos de 300 pesos para eventos deportivos y musicales, como conciertos y jaripeos, donde los teléfonos de contacto eran de unos tales Karla y Agustín Castillo.
Además de que es prácticamente imposible encontrar información de la misma, al buscar en Google Maps la dirección de la empresa sale una pequeña plaza comercial en la capital queretana, sin ningún letrero que indique que ahí se encuentra la compañía de seguridad.
"Seguros de lo que hacemos día a día seguimos Avanzando grupo elite k9", dice una publicación en un directorio de empresas que puede ser consultado aquí.
No sólo eso, sino que en el SIGER de la Secretaría de Economía no hay ninguna empresa registrada que se llame G.E.S.K9, la cual ya fue suspendida por el Gobierno de Querétaro, además de que no está en el padrón de compañías de seguridad privada autorizadas para operar en Querétaro, de acuerdo con información del Gobierno federal.
La única empresa que se encuentra en el citado padrón que tiene un nombre similar es GES CORPORATIVO DEL BAJIO, S. DE R.L. DE C.V., del empresario Efraín Olvera, egresado de la Escuela de la Policía Federal de Caminos, quien tiene un historial de sanciones y embargos judiciales en su contra.
Esta empresa huele muy mal... y puede oler peor.