A Julio Scherer se le olvidó que la política, como el amor y la comedia, depende enteramente del timing.
Puedes tener la mayor bomba del mundo en tus manos, pero si no sabes cómo ni dónde detonarla, terminará por cebarse. Hasta un misil puede tornarse en un petardo si las condiciones no lo favorecen.
Lo mismo pasó con el ex consejero jurídico de la Presidencia de la República: el torpedo no dio en el blanco.
Las declaraciones que publicó Scherer en la revista Proceso han sido y serán opacadas por el único tema que importará en los siguientes horas y días: la inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
Pese a ello, no debemos dejar de hacer hincapié en la trascendencia de sus revelaciones. En esencia revela un conflicto que sacude a las altas esferas del poder en México.
En su texto, Scherer acusa a la actual presidenta del Senado, Olga Sánchez Cordero, y al fiscal Alejandro Gertz Manero de haber confabulado en su contra en el mayor pleito palaciego del actual sexenio.
Lo más preocupante es que el ex funcionario federal señaló un modus operandi “extorsivo” que se repite en los casos Juan Collado, Inés Gómez Mont y Álvarez Puga, el desfalcó a la Cooperativa Cruz Azul y el caso de una concesión sobre el Viaducto Bicentenario.
En lodos esos temas, apuntó Scherer, tanto Gertz Manero como Sánchez Cordero operaron políticamente con la finalidad de perjudicarlo.
Lo revelado por el ex consejero jurídico, de ser cierto, es una bomba que debería sacudir la política mexicana... por desgracia, parece que será un mero petardo.
AIFA será el tema consentido de la opinión pública esta semana.
Y razones no le faltan: se esté en contra o a favor del proyecto, debe reconocerse que logró edificarse en un tiempo récord. Algo a lo que los mexicanos no estábamos acostumbrados desde hace mucho tiempo.
Nuestros sueños de infraestructura digna estaban "alimentados" con bardas, trenes cancelados y estelas de luz.