El futbol mexicano despertó de ese sueño que le impide ver la realidad en la que se encuentra en la actualidad; más de una vez en esta semana, en varios niveles futbolísticos se sintió una sacudida al infructuoso plan que supone ser la Liga Mx y su entorno; en Selección Nacional costó mucho trabajo sumar 7 puntos en tres partidos, dos de ellos de local, el equipo que dirige Martino no se nutre de la liga local porque hay muy poco de dónde elegir, no por falta de calidad. A nivel de clubes, también en el plano internacional, Monterrey fue a hacer un pobre papel al Mundial de Clubes, más allá si tiene o no trascendencia el torneo, es un terreno en el que se puede medir el futbol entre confederaciones, la presentación de Rayados fue cautelosa en un partido en el que se juega todo. En la liga, los equipos con grandes inversiones para traer jugadores formados fuera de México, se encuentran fuera de los cuatro lugares de clasificación directa a liguilla, América no alcanza puestos de repechaje, mientras Tigres y Monterrey han tenido un comienzo lento.
Al equipo de Solari le han tomado la medida los rivales; defiende mal, pierde varias veces en sus partidos las jugadas a espaldas de sus defensas; falta creación de juego, los refuerzos destinados para esto no encuentran profundidad ni variantes para poder marcar alguna diferencia, se dan grandes cambios de juego al pie del compañero, pero de una banda a la otra; la falta de confianza desenlaza en desesperación, el equipo ha sufrido la expulsión de un jugador en cada uno de los partidos jugados, cuando faltan los argumentos futbolísticos se excede en intensidad. Lo que más llama la atención de la situación de América es la falta de victorias en tres jornadas, un partido menos jugado que el resto de los equipos; desde el encuentro en cuartos de final del torneo anterior el conjunto no logra levantar el vuelo. Cuesta mucho dinero cortar un proyecto a mitad de su contrato, pareciera que en Coapa están dispuestos a navegar otro torneo lejos del campeonato con tal de no admitir que el ciclo se cumplió en esa derrota contra Pumas en la liguilla pasada.
No siempre se puede cumplir el sueño de triunfar en equipos europeos; la historia más reciente es la de Macías que siendo un jugador que llegó a vestir la camiseta nacional tuvo un desafortunado paso por el equipo de Getafe, en el que no llenó el ojo de los técnicos que pasaron por ahí en esta temporada. En México son pocos los jugadores formados en nuestro futbol que llegan a consolidarse de la forma que se requiere para poder afianzar una carrera duradera en Europa. Lo más alarmante es que no son solamente los jugadores de equipos europeos los que se están quedando sin lugar, en la MLS hay varios mexicanos que llegaron desde nuestra liga que están sin cupo en sus clubes debido a que sus pretensiones económicas están por encima de su rendimiento. Siempre se espera que un mexicano triunfe a donde vaya, pero la realidad empieza a mostrar que nuestro futbol no es lo que se vende.
También está el otro lado de la moneda; Cruz Azul en cuatro jornadas ha mantenido cierta estabilidad en el torneo, con una apuesta distinta a las de otras épocas más oscura de la institución. Esta vez se fijó más en el mercado interno, sus refuerzos estelares fueron mayormente mexicanos que han cubierto de buena forma los huecos dejados por figuras que volaron de la Noria. La Máquina está invicto en el torneo mexicano con un par de partidos complicados; Monterrey y León no fueron rivales sencillos y sacar puntos de visita es un logro importante para los planes de la temporada, el primer objetivo es calificar a liguilla de forma directa y se encuentran en los lugares adecuados con el ritmo de futbol en buen nivel.
El futbol mexicano se ha visto en un espejo y la imagen que refleja está desmejorada, la liga parece una burbuja en la que se pretende maquillar un deporte que ha marchitado en manos de dirigentes con interese particulares lejanos del mejoramiento colectivo del futbol mexicano. Hay poco tiempo para el Mundial en Catar, no se pone en duda la calificación, pero sí la participación que tendrá la Selección una vez llegados a tierras árabes; también el papel que lleguen a tener los clubes de casa en competencias internacionales de la región, cuando antes se disputaban finales de torneos de otras confederaciones. Hace falta humildad para afrontar la realidad, de otra manera los golpes continuarán siendo más dolorosos.