En esta nueva faceta del reality show deportivo de Azteca, Exatlón All Star, se han revivido viejas rencillas del pasado; especialmente porque el público de ninguna manera perdona que este programa haya pasado de ser un semillero de talentos deportivos nacionales a un show en donde se beneficia el escándalo y la polémica.
Su primera temporada fue toda una novedad, cuando se emitió por primera vez el 16 de octubre de 2017 la audiencia se emocionó por ver en pantalla la destreza deportiva de estos talentosos atletas que por primera vez se midieron en una justa que fue el trampolín para convertirlos en algo más que deportistas... en influencers.
Y en principio el mensaje era bueno, especialmente porque la gente se sentía motivada a seguir los pasos de estos personajes que tienen poca visibilidad fuera de sus disciplinas o lejos de la cobertura nacional que se les da cuando hay Juegos Olímpicos o Juegos Panamericanos.
En su primera temporada Ernesto Cazares del equipo azul se llevó el trofeo, Amancay González quedó en segundo lugar, mientras que el tercer lugar fue para Daniel Corral; de quien por cierto se ha pedido que en esta sexta temporada que inició el 31 de enero se sume al gimnasta como parte de su elenco.
Y si bien el rating fue uno de los mejores en la historia de la televisora en 2018 -con 13 y 14 millones respectivamente en sus dos semanas de emisión-, un escándalo hizo que más personas se sumaran a este programa de realidad que además de tener en sus filas a deportistas, también sumó a algunos integrantes de la farándula.
Las lesiones de Rommel Pacheco y Ana Lago hicieron que la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, mejor conocida como la CONADE, tomara la decisión de prohibir a sus deportistas sumarse al programa de Azteca; lo cual llamó mucho más la atención del público que seguía este programa de retos.
Uno de los detalles más comentados desde la primera temporada es que las eliminaciones son cuestionables e incluso no tienen nada qué ver con el deporte; sino con el nivel de rating o la aceptación que tienen los deportistas en redes sociales o tipo de alcances que tienen en métricas que las televisoras cuantifican.
Lejos del deporte y cerca del escándalo...
Es así como en pleno 2022 la gente aún no olvida cómo al gimnasta David Corral no lo dejaron avanzar hasta el primer puesto, presuntamente porque su desempeño en audiencia no era tan bueno como el del chico que practica parkour, Ernesto Cázares. E incluso, en alguna ocasión, tanto él como su ahora prometida, Antonieta Gaxiola, comentaron que aunque el desempeño de ambos fue excepcional, no generaban rating,
Así es como un programa que fue un gran trampolín y oportunidad para que diversos deportes mexicanos tuvieran mayor visibilidad, se convirtió en lo que muchos consumidores de programas de realidad aborrecen: un show amañado y hecho a modo con tal de recibir el beneficio unos cuantos.
Porque eso sí, en aquella época de gloria, la televisora del Ajusco recaudó cerca de 950 millones de pesos mexicanos en sus primeras cuatro temporadas. Un negocio muy redituable para todos, menos para los deportistas.