Opinión

VENTANA

Capricho cumplido

El perredista Miguel Ángel Mancera y los priistas Jorge Carlos Ramírez Marín, Sylvana Beltrones y Eruviel Ávila, junto con otros sonadores, se doblaron... ¿ante amenazas de la 4T?

La 4T logró aprobar la iniciativa de militares en las calles.Créditos: Cuartoscuro
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Andrés Manuel López Obrador logró su capricho. El Ejército seguirá en las calles en labores de seguridad pública, hasta 2028.

Costó trabajo y mucho, pero al final sus muchachos, Adán Augusto López, en el papel del policía malo, y Ricardo Monreal, como el bueno, “doblaron” a los opositores de “cola larga” y lengua corta. 

Ejemplos, varios. Miguel Ángel Mancera, quien rechazaba la reforma, cambió su postura. Se sospecha que se “dobló” al enterarse de una investigación en curso por haber tejido una red de espionaje durante su gestión como jefe de Gobierno de la Ciudad de México; lo acusa se mejor enemiga, Claudia Sheinbaum. 

También cayeron redondito y rapidito los priistas Jorge Carlos Ramírez Marín, Sylvana Beltrones, Manuel Añorve, Eruviel Ávila y otros cinco tricolores, sin contar a una que no votó. 

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En síntesis, los sospechosos senadores conversos fueron presa fácil para los hábiles cazadores de voluntades quienes lograron atrapar a nueve tricolores y dos amarillos, a fin de sumarlos a la borregada guinda y sus achichincles para sumar 87 votos a favor, número suficiente para conseguir la mayoría calificada y lograr el anhelado cambio constitucional. 

“Las presiones por compromisos inconfesables, la intimidación y la presión de distintas maneras rindieron fruto”,   denunció el coordinador panista, Julen Rementeria; “Nos desbarataron el bloque” reconoció Juan Zepeda, de Movimiento Ciudadano. 

Y sí, López Obrador mató cuatro pájaros de un tiro: rompió la moratoria legislativa, fracturó y humilló, aún más, a la aniquilada coalición opositora, plantó los cimientos para sacar adelante la Reforma Electoral y claro, logró mantener a los militares, en labores de seguridad pública. 

En la Cámara de Diputados solo será cuestión de “coser y cantar”, el próximo 13 de octubre. 

El “chango” político sigue siendo viejo; no necesita echar maroma nueva.