Pío López Obrador debe sentirse más a salvo que una langosta en el Titanic: mientras todo parece hundirse a su alrededor, mejor para él, porque no habrá nadie que se atreva a cocinarlo.
Pese a que el hermano del presidente ya se presentó a declarar ante el Ministerio Público federal, en realidad no hay un interés por parte de Alejandro Gertz Manero y sus "sabuesos" de proceder penalmente contra él por el dinero en efectivo que recibió de David León.
El Instituto Nacional Electoral, sin embargo, le pisa los talones a Pío López Obrador: la Unidad Técnica de Fiscalización del organismo tiene un expediente armado en donde se solicita información de la "biblia" en la que se lleva el registro de los recursos que fueron destinados para financiar ilegalmente a Morena.
El problema, es que el árbitro electoral se topó con pared: la FGR le cerró la puerta en la cara. Y no sólo eso, la dependencia interpuso una controversia ante la Suprema Corte para evitar entregarle al Instituto la carpeta de investigación que tiene sobre el hermano del presidente.
De lograrse ese cometido de la FGR, también se frenarían las investigaciones del INE sobre los casos Odebrecht y Estafa Maestra. De hecho, el consejero Ciro Murayama pidió a las autoridades federales que no obstaculicen esas investigaciones. Pero habrá que ver... porque la FGR se ha vuelto un cadenero que dice quién soy y quién no merece ser investigado.
Y perdonen la fijación con los animales marinos... pero si Pío se siente langosta, en la FGR se sienten tortuga. Habrá que ver si los mexicanos y mexicanas no nos terminamos sintiendo peces payaso.
La "necrópolis" de Morena
El partido guinda le cambió la letra a una famosa canción de Mecano y ahora va así:
Y los muertos aquí
La pasamos muy bien
Entre firmas
De la revocación de mandato
Morena logró lo impensable: evitar el descanso eterno de los santos difuntos. San Pedro debe estar desconcertado de que tantos muertos hayan regresado a la tierra a votar en la consulta de la revocación de mandato.
El Dr. Frankenstein debe estar muerto de envidia: los simpatizantes de AMLO hicieron que miles y miles de muertos les regalaran su firma.