Si hay alguien que se quiso transformar de la noche a la mañana, insatisfecho por su papel en la comedia, es Eugenio Derbez. El histrión pasó de ser un referente en la televisión mexicana con sus personajes como "Ludovico P-luche" o "El Lonje Moco" a ser un defensor de las minorías en Estados Unidos. O al menos esa es la lectura que se puede tener de su paso en el cine hollywoodense.
Hace escasos días se estrenó "Coda" en la plataforma de Amazon Prime, una cinta dirigida por Sian Heder, coproducida entre Estados Unidos, Francia y Canadá; de la mano trabajaron las productoras de Pathé Films, Vendome Pictures y Picture Perfect Federation.
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En Coda, Eugenio Derbez tiene un papel muy relevante dentro de la trama, es el profesor mexicano de música que estudió en Berklee y ahora es asesor de una joven que a pesar de nacer en una familia de sordos, descubre que tiene una voz excepcional que la catapultará a tener numerosas oportunidades.
Y sí, si eres fan del cine, seguramente ya te diste cuenta que la trama es idéntica a la de la producción francesa "La familia Beliér"; la película en la que aparece Derbez se trata de un remake que con recursos muy al estilo Hollywood busca llenar esos vacíos y carga de lugares comunes una trama que en su primera edición fue sumamente aplaudida por la crítica.
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Pese a ello, "Coda" ya fue nominada a Mejor película y actor de reparto en los Globos de Oro, tiene cuatro premios en el Festival de Sundance, fue considerada como la Mejor película independiente del Año en el National Board of Review. La crítica la ha calificado de ser "una película menor", de "sucumbir ante los trucos y técnicas del cine reconfortante" e incluso "convencional".
Sin embargo, hay una constante dentro de la reciente actuación de Eugenio Derbez: ya no quiere que lo encasillen como "el actor chistoso" que se ganó a todo México de la mano del fallecido Gus Rodríguez elaborando guiones magistrales de comedia. Ahora, el histrión quiere que lo cataloguen como un hombre serio y enfocado en papeles más propositivos.
Una escena muy similar a la que experimentó Mario Moreno "Cantinflas", quien pasó de ser el comediante de carpa con una mímica y manejo del cuerpo excepcional a un actor que se dedicó a aleccionar a la población mexicana a través del cine. Atrás quedaron piezas magistrales como Ahí está el detalle, El gendarme desconocido o El bombero Atómico. Para la década de los 60 el comediante ya se había convertido en El padrecito, El profe, El señor doctor y El analfabeto. Igualito que ha pasado con Derbez.
Al final, esta similitud no resulta extraña. Quien conoció a Mario Moreno asegura que fuera de su personaje era un hombre hosco, serio y del cómico nada quedaba. Algo muy similar -si no es que idéntico- a lo que pasa con Eugenio Derbez, quien fuera de personaje pide, ruega y suplica que tomen con seriedad lo que dice.
Y es que Derbez no es siempre ese dicharachero hombre que se convirtió en todo un referente después de hacer el doblaje de "Burro" en la cinta Shrek, para comprobarlo basta con ver al menos un capítulo de De viaje con los Derbez para darse cuenta que es mejor admirar a los héroes de lejos, sin conocerlos.
Seguramente, seguiremos viendo a Eugenio en cintas que buscan sacarlo del papel de comediante... del que definitivamente no se puede desprender.