¿Qué es el Atlante?

Más allá de lo que diga una de las porras con la que los atlantistas animan a su equipo, de paso explicando que, en el futbol mexicano, no hay orfandad cuando cualquier otro equipo se enfrenta a los Potros, guste o no; el Atlante es pueblo. Una frase que se ha ido difuminando con la afición azulgrana, que, a falta de protagonismo en Primera División, se ha hecho vieja junto con las historias y las vitrinas del equipo del pueblo; pero es una afirmación que no se debe olvidar, como tampoco se debe olvidar los primeros años en los que Atlante se consolidó como un equipo que se formó por la necesidad de un sector popular en la Ciudad de México de tener representación en el surgimiento del futbol en nuestro País. El balompié llegó a nuestro territorio por medio de los mineros ingleses, tanto obreros como patrones habían adoptado la popularidad del deporte y podían emular los torneos que se practicaban en Inglaterra; a la capital llegaron los colegios ingleses para educar a los hijos de los ejecutivos de las empresas mineras y a algún mexicano con la posibilidad económica para acudir a dichas escuelas. En un principio, el futbol lo practicaba la élite; pero es un deporte tan sencillo y divertido que se filtró hacia los sectores populares en la Ciudad, donde comenzaron a replicar la estructura de los torneos de los colegios ingleses. A finales de la década iniciada en 1910, se empezarían a constituir los equipos que a la postre conformarían las distintas ligas profesionales del futbol mexicano; entonces un líder obrero, Trinidad Martínez, vio la posibilidad de formar un equipo que incluiría en su mayoría a trabajadores, jugadores amateurs que entrenaban en los terrenos sin construir de la Colonia Condesa. El equipo pasó por varios nombres hasta que se quedó el de Atlante, en alusión a la grandeza del Océano Atlántico, y a partir de entonces se empezó a escribir la historia de un equipo que desde su inicio ha peleado de tú a tú con los equipos más poderos económicamente hablando. Asturias y Necaxa fueron los rivales que en ese entonces dominaban con la cartera, después América, Cruz Azul y entre descensos y ascensos lograron 3 torneos de Liga y el mismo número de subcampeonatos. Más de cien años de representar con futbol a un sector social de mucho sacrificio, de ilusionar y decepcionar atlantistas; más de cinco mudanzas de estadios, Azteca, Azulgrana, Andrés Quintana Roo y las canchas sobre las que jugó en sus orígenes; aún más dueños y dirigentes que se encumbraron o se hundieron con los triunfos y derrotas del equipo; jóvenes jugadores que en otros equipos no tuvieron cabida, ni salida, y que en Atlante lograron proyectarse de manera importante. Por las filas del equipo pasaron los mejores de su época; desde Horacio Casarín y ‘Dumbo’ López en los primeros años de profesionalización del futbol; después, en la época en la que dependió del Seguro Social: Cabinho, el extranjero con más goles en liga. Pero no son los únicos goleadores que pasaron por el Club, Hugo Sánchez, Luis García, Luis Gabriel Rey, Chamagol, Maldonado, siempre con un gran tino en contratar jugadores sin gastar mucho dinero, pero que rendirán, anotarán o atajarán goles. Siempre con na identidad arraigada y cercana a la afición que disminuye en número, pero no en entusiasmo para volver, una vez más, con su equipo. El domingo en el Estadio Azulgrana se jugó la final de vuelta de la renombrada y revestida Liga de Expansión, que no otorgó el premio deportivo de acceder a Primera División, un duro golpe a los equipos que habían hecho lo posible por certificarse para esto, se les exigía serios requisitos para poder ascender, y que al final se quedarán en una división de la que se suspendió el ascenso por seis torneos. Eso sí, se ganaron un buen dinero. Para los que organizan el futbol mexicano el dinero es el fruto principal, las ganancias son tan importantes que son capaces de mermar la competencia deportiva para priorizar la producción de dividendos económicos; un torneo tras otro se espera que los equipos que hacen el mayor gasto sean los campeones; en unas ocasiones sucede, en otros equipos como Atlante nos recuerdan que el futbol es un deporte que nos pertenece a todos.