Los primeros mexicanos deportados durante la administración de Donald Trump en Estados Unidos empezaron a llegar a la frontera desde el pasado 21 de enero. Gregorio es originario de Guerrero, llevaba ocho años trabajando en el sector de mudanzas en el país norteamericano y fue detenido después de que se le ponchó una llanta. Lo que terminó en su detención y repatriación a México.
El hombre de 33 años contó a Israel Aldave, enviado especial de Grupo Fórmula a Ciudad Juárez, Chihuahua, que un sheriff fue el que lo denunció y provocó su deportación.
“Un mes he estado trabajando mi mudanza, se nos ponchó una llanta, llegó un sheriff, nos dijo que si queríamos ayuda, luego llegó otro que si era bien racista, llamó a inmigración y nos deportaron", relató en la entrevista que Aldave presentó con Enrique Acevedo en Fórmula Noticias.
Tras su detención el migrante mexicano fue trasladado a un centro de detención en el que había otras 15 personas y posteriormente lo trasladaron a nuestro país.
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El periodista informó que Gregorio es uno de los 56 migrantes que fueron repatriados el pasado 21 de enero por el puente del Paso del Norte en Ciudad Juárez.
Migrantes de Venezuela varados no quieren que los deporten a su país
Una migrante venezolana que permanece varada en Ciudad Juárez, Chihuahua, por la cancelación de las citas de CBP ONE comentó a Israel Aldave que si el Gobierno de México los ayuda a salir de nuestro país esperan llegar a Colombia o Panamá, pero no quieren llegar a Venezuela.
"No quisiéramos llegar a Venezuela, puede ser a Colombia, si nos da apoyo, bendecido, si no nos toca irnos por otro lado", añadió.
El periodista también documentó la forma en la que un helicóptero Black Hawk sobrevuela la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso, en Texas, para vigilar que no haya cruces de migrantes.
En Tijuana, Baja California, la situación de los migrantes varados es la misma que en otras ciudades de la frontera, de acuerdo con Rocío Galván, corresponsal de Grupo Fórmula en la entidad.
Sandro, un migrante venezolano, le relató que su camino fue muy largo y duró cuatro meses para que al llegar a la frontera le cancelaran su cita.
"No es para menos, para afligirse, repensar y ver qué se va a hacer, qué decisiones se toman", expresó el migrante.