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El anhelo que sigue en veremos: Salud universal y COVID

AMLO enfrentó el mayor reto de salud con la pandemia de COVID y la promesa de un sistema mejor que el de Dinamarca.

AMLO prometió al inicio de su sexenio mejorar el sistema de salud. Créditos: Grupo Fórmula
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En materia de salud, la meta que el presidente Andrés Manuel López Obrador se fijó al inicio de su administración era que los sistemas de seguridad social de México se asemejaran a los de Dinamarca, uno de los tres países del mundo que cuenta con las mejores atenciones sanitarias. 

En Dinamarca, la salud destaca por su calidad, infraestructura médica, costos y disponibilidad de medicamentos. Con excepción de farmacia, odontología, fisioterapia y podología, todos los servicios médicos son gratuitos y el 99 por ciento de la población tiene asignado un médico especialista en atención primaria.

En el país danés se apostó por un sistema 100 por ciento público, con planeación centralizada, gratuita y universal, de cobertura amplia y enfocado en lo preventivo. El gobierno de López Obrador buscaba lo mismo, incluso en su último informe afirmó que México ya tenía un sistema de salud mejor que el Dinamarca. No obstante, hoy sigue enfrentando grandes desafíos y la promesa parece que se ha quedado lejos de ser cumplida.

Al arranque de su administración, el tabasqueño decidió dejar de lado el modelo del Seguro Popular, creado en 2003 durante la gestión de Vicente Fox, para dar paso al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) en 2019.

Con el Insabi ya no se requería afiliación y todos los ciudadanos que no tuvieran seguridad social recibirían atención y medicamentos sin costo.

El reto de la pandemia de COVID-19

Sin embargo, en medio de esa transición, el gobierno federal pronto tuvo que enfrentarse al gran reto que significó la llegada de la pandemia de COVID-19 en 2020, que desató una crisis de salud no sólo para México, sino para todo el mundo.

En aquel entonces, López Obrador había fijado las baterias de su gobierno en la rehabilitación de centros de salud y hospitales que habían sido abandonados, ya sea por falta de presupuesto o antigüedad, durante gestiones anteriores. 

En medio de este ambioso plan, el virus SARS-Cov-2 irrumpió en el mundo y en México no fue menor pues sólo evidenció la carente infraestructura sanitaria que tiene el país como la falta de camas, aparatos especializados, medicamentos y hasta médicos especialistas. 

Con la emergencia sanitaria en su apogeo, López Obrador echo mano de las Fuerzas Armadas para la reconversión de hospitales y centros de salud para atender prioritariamente los casos de COVID a la que se sumaron también la iniciativa privada con hospitales de alto nivel y centros masivos de atención como el Centro Citibanamex, así como las organizaciones de la sociedad civil donde se atendieron más de 30 mil 600 contagios. 

De acuerdo con datos oficiales, el IMSS, el ISSSTE y la Secretaría de Salud, atendieron sólo en 2020 el 93 por ciento de los casos de COVID registrados en el país. 

Pese a estos esfuerzos y en algunos casos carencias, oficialmente se reconocen 334 mil 336 muertes asociadas al COVID entre el inicio y el fin de la alerta sanitaria, es decir entre 2020 y 2023. 

La gestión de la pandemia fue cuestionada por políticos de oposición, la comunidad científica y activistas quienes acusaron acciones tardías como el fomento del uso del cubrebocas, pues incluso el presidente se negó a portarlo poniendo en duda su utilidad. Tampoco frenó sus giras de trabajo y usaba una imagen religiosa argumentando que lo protegía de la enfermedad.

Asimismo, se reprochó el lento proceso de vacunación sobre todo al personal de salud.

AMLO mostró estampas religiosas que lo protegían del COVID. Crédito: Cuartoscuro

Además, el entonces subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López- Gatell fue nombrado como el encargado de hacer frente a la crisis del COVID y aunque al inicio logró mucha popularidad, después fue duramente criticado por minimizar la pandemia, el uso de cubrebocas, la aplicación de pruebas de detección, entre otros hechos.

“A mí me detienen en la calle para tomarme fotos, para aplaudirme, para abrazarme, para agradecerme el manejo de la pandemia y de muchas otras cosas, en promedio no menos de unas 100 personas por día”, dijo López-Gatell en una entrevista concedida al diario El País en octubre del año pasado.

Comentó que la “minoría” que no está de acuerdo con su manejo de la pandemia “merece respeto”, tienen libertad de disentir y se les debe escuchar.

En octubre del año pasado, cuando pretendía ser candidato de Morena a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, Hugo López-Gatell dijo a Ciro Gómez Leyva Por la Mañana que su conciencia sobre el manejo de la pandemia de COVID estaba tranquila porque el gobierno federal hizo lo posible para contener la pandemia. 

No obstante, terminó por reconocer que la pandemia había matado a más de 780 mil mexicanos por causas directas o enfermedades asociadas a un sistema inmunitario debilitado como la diabetes. 

Ante esto, Frida Romay, coordinadora del colectivo Cero Desabasto, coincide en que la gestión de la pandemia en el país tuvo algunas deficiencias tales como no tomar en cuenta la evidencia científica y lo que estaban haciendo países más desarrollados.

Además de que hubo falta de coordinación entre autoridades locales y estatales para brindar insumos y atención.

“Hubo decisiones que yo hasta la fecha sigo sin entender, por qué no se tuvo más fuerza en el uso del cubrebocas, a nivel federal no se promovía el uso del mismo e inclusive parecía que se tenía un discurso donde se desincentivaba su uso cuando a nivel global la propia Organización Mundial de la Salud dijo que era una de las medidas más efectivas para prevenir el contagio del COVID”, apuntó en entrevista.

“También hubo una falta de coordinación tanto a nivel local como a nivel federal en el tema de poder canalizar los insumos para atender a los pacientes COVID”.

Asimismo, consideró que faltó visión con perspectiva de género.

“Faltó una visión integral desde una política de cuidados porque las mujeres fueron las más afectadas durante la pandemia ya que no solamente tenían que prevenirse de no contagiarse, sino también eran las encargadas, por obligaciones de género, de brindar cuidados a todas aquellas personas que se vieran afectadas”, sostuvo.

Incluso, un informe de la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia en México reveló que en el país hubo más de 808 mil 619 muertes en exceso que pudieron evitarse con una adecuada intervención del gobierno, ocupando el cuarto lugar mundial en fallecimientos en exceso.

Esto significa que aproximadamente 6.4 de cada mil mexicanos murieron debido a la pandemia por causas como la enfermedad directamente, la desatención de otros padecimientos, la saturación de los sistemas de salud y otros efectos secundarios.

El informe expone que las autoridades federales no cumplieron cabalmente con sus funciones de rectoría nacional y no asumieron la responsabilidad política de coordinar una respuesta coherente y unificada.

No obstante, el documento también considera como una “desafortunada coincidencia” que la pandemia llegara justo en el momento en que el sistema de salud en el país transitaba al modelo del Insabi.

La pandemia dejó más de 300 mil muertos en México, según cifras oficiales. Crédito: Cuartoscuro

La estrategia contra COVID

El presidente ha defendido en diversas ocasiones la estrategia de combate a la contingencia sanitaria argumentando que se implementaron hospitales únicamente para la atención COVID y unidades temporales como el Centro de Convenciones Citibanamex, en la Ciudad de México, donde se atendió a más de 9 mil pacientes internados, de los cuales 95 por ciento fueron dados de alta, y se diagnosticaron 13 mil 542 personas con el virus, según datos del Gobierno federal.

Además de que durante el primer año de la pandemia se logró conseguir más de 100 millones de dosis de vacunas Pfizer, Sinovac, Sputnik, AstraZeneca, Johnson & Johnson, Cansino y Moderna para implementar el Programa Nacional de Vacunación contra el virus.

Asimismo, AMLO ha reconocido el trabajo de las Fuerzas Armadas como la Secretaría de Marina, la Secretaría de la Defensa, quienes ayudaron con hospitales y distribuyeron por todo el país más de 200 millones de dosis de vacunas.

Mexicanos reciben vacuna contra COVID. Crédito: Cuartoscuro

También ha enfatizado los esfuerzos del gobierno en la compra de medicamentos, equipo médico para el personal de salud además de ventiladores para atender a pacientes más graves que requerían apoyo respiratorio para poder salvar su vida, lo cual también fue cuestionado por organizaciones que señalaron compras a sobreprecio.

Y aunque el tabasqueño ha admitido que la crisis de la pandemia ha sido lo más difícil de gestionar y doloroso de su Gobierno, también llegó a decir que le vino perfectamente para llevar a cabo “la cuarta transformación”.

“Vamos a salir fortalecidos, o sea, que nos vino esto (la pandemia) como anillo al dedo para afianzar el propósito de la transformación“, dijo durante su conferencia mañanera del 2 de abril de 2020.

Pese a todo, López Obrador se dice con la conciencia tranquila por haber salvado gran cantidad de vidas.

“Nosotros tenemos nuestra conciencia tranquila, trabajamos mucho para salvar vidas”, expresó López Obrador tras la publicación del informe sobre el exceso de muertes.

 

“Y se evitaron muchísimas muertes, porque pusimos de pie hospitales, se consiguieron equipos que no había, porque imagínense cómo heredamos al sector salud. Y nos unimos, trabajamos día y noche, todos los integrantes del sector salud”.

No obstante, si el día hoy en día hubiera una nueva pandemia, el país seguiría sin estar preparado en materia de salud para afrontarla, estimó Romay.

Esto debido a que no hay un comité o grupo especial designado para prevenir y atender este tipo de circunstancias, como sí lo hicieron en otros países.

“No, no creo que estemos preparados para enfrentar una nueva pandemia porque no se ve que hubiera una respuesta gubernamental para crear, por ejemplo, un comité especializado para retomar todos los aprendizajes que se tuvieron en la pandemia y a raíz de esos aprendizajes hacer los cambios correspondientes ya sea legislativos, normativos o también en política pública”, precisó la también activista.

Diversos hospitales se enfocaron sólo a la atención COVID. Crédito: Cuartoscuro

Durante la pandemia el Insabi no tuvo resultados significativos y tras admitir implícitamente que no cumplió su función coordinadora y logística, el Gobierno de López Obrador anunció la “federalización” de los servicios de salud mediante el IMSS-Bienestar.

Transición al IMSS- Bienestar

Tras la publicación del decreto, en 2022, ahora el IMSS como organismo público descentralizado de la Administración Pública Federal sería el encargado de brindar servicios de salud integral a la población sin seguridad social “bajo criterios de universalidad e igualdad”.

Romay explica que aunque el gobierno de López Obrador no ha dado los resultados esperados, la transición al IMSS Bienestar puede considerarse como uno de los aciertos, aunque enfatizó que aún faltan varios estados por transitar a este nuevo sistema para beneficiar a los alrededor de 56 millones de personas que no cuentan con seguridad social.

Asegura que no todo fue malo pues también hubo mejoras en el abasto de medicamentos casi al final del sexenio, además de que se escuchó a la sociedad civil.

“Algo que tenemos bien identificado es que en esta administración pasaron dos cosas, tuvimos el peor año en la historia moderna en cuestión de acceso a medicamentos y vacunas, que fue el 2021, según los datos que recabamos y analizamos de las propias instituciones del sector salud, pero a la vez a partir 2022 sí hubo una mejora continua en cuestión de acceso a medicamentos sobre todo en el IMSS”, explicó.

 

“También dentro de los avances que hubo es que de alguna manera se está tratando de centralizar los servicios de salud para que sea ahora el IMSS Bienestar el que atienda a las personas sin seguridad social, lo cual nos parece hasta cierto punto la vía correcta, pero también reconocemos que falta un largo camino para que aquello que dicen que va a pasar en discurso sea una realidad”.

¿Sistema de salud mejor que Dinamarca?

En tanto, en su sexto y último Informe de Gobierno, el presidente López Obrador aseguró que el sistema de salud universal ya es mejor que el de Dinamarca debido a que el IMSS Bienestar opera en 23 estados del país.

“Ya es una realidad en 23 estados el sistema de salud universal y gratuito para personas sin seguridad social conocido como IMSS Bienestar. Este sistema de salud pública ya es más eficaz en el mundo, dije que iba a ser el mejor, que iba a ser como en Dinamarca, no, no es como en Dinamarca, es mejor que en Dinamarca”, puntualizó AMLO el pasado 1 de septiembre en medio de ovaciones durante su discurso en el Zócalo capitalino.

Asimismo, el mandatario enfatizó que actualmente hay 11 mil 935 unidades médicas o centros de salud en los casi 2 mil 500 municipios, además de 669 hospitales, 42 mil 322 médicos generales, 126 mil 762 enfermeras y 30 mil 346 especialistas.

Se basificó a 176 mil 808 trabajadores de la salud que estaban contratados por honorarios “con pocos sueldos y prestaciones” y se sumaron 48 mil 736 médicos generales y especialistas, incluyendo a 5 mil procedentes de Cuba.

El jefe del Ejecutivo señaló que una de las áreas en donde se concentró la mayor corrupción en el pasado fue precisamente a través de la compra de medicamentos y equipo médico pues era un “sucio negocio” de traficantes de influencias, de políticos corruptos y hasta de comunicadores.

Sin embargo, afirmó que hoy se otorgan medicamentos gratuitos a todos los mexicanos sin seguridad social. De ahí que haya mejorado el abasto de medicinas en todo el país.

AMLO destacó la compra de equipo médico en su sexenio. Crédito: Cuartoscuro

Además, aseguró que se rescató de la corrupción al ISSSTE, pues hasta las camillas estaban privatizadas y ahora ha vuelto a ser una institución con servicios públicos integrados.

Se rehabilitaron 548 clínicas del ISSSTE y se cuenta con 10 nuevos hospitales, además de que su farmacia surte el 98.5 por ciento de las recetas médicas.

Agregó que se aumentó en 50 por ciento las salas de hemodinámica para atender infartos y las unidades para hemodiálisis pasaron de 4 mil 551 a 6 mil 587, así como los aceleradores lineales para el tratamiento de cáncer pasaron de 60 a 76.

La creación de la Megafarmacia

AMLO también resaltó que con la creación de la Megafarmacia ubicada en Huehuetoca, Estado de México, que inició operaciones el 29 de diciembre de 2023, se distribuyen medicamentos a todo el país, incluso en las comunidades más apartadas.

Sin embargo, a decir de Romay, la Megafarmacia fue un “fracaso”, pues hasta el momento es un “almacén más” debido a la falta de planeación en el proyecto.

Reprochó que la atención a pacientes es tardía pues en ocasiones quienes solicitan medicamentos los reciben hasta después de 20 días y en algunos casos ni siquiera se le da seguimiento. 

“La Megafarmacia podríamos decir que fue un fracaso en los términos de lo que decían o las expectativas que pusieron en ella. Se pensó que iba a dar solución a las miles de situaciones de desabasto, pero no lo ha sido, los propios datos nos han dicho que logísticamente no se han dado los resultados deseados”, expuso.

Los desafíos del próximo Gobierno

Tras los resultados oficiales expuestos por el presidente, la coordinadora del colectivo sin fines de lucro insistió en que aún hay mucho por hacer y gran cantidad de áreas de oportunidad.

“Hay mucho por hacer en el sistema de salud mexicano, hay bastantes áreas de oportunidad en todas las instituciones de salud pública, no sé si sea mejor o peor que el de Dinamarca, pero sí puedo decir que hay bastantes áreas de oportunidad”, resaltó.

Ante esto, llamó desde el colectivo Cero Desabasto a que el próximo gobierno, que encabezará Claudia Sheinbaum, tenga como prioridades en materia de salud:

  • Fortalecimiento y la coordinación para que el IMSS Bienestar funcione y se vuelva una institución eficiente.
  • Impulsar una política farmacéutica donde se tomen en cuenta todos los actores involucrados en la cadena de acceso a medicamentos que favorezca al paciente y no a la farmacéutica.
  • Incrementar los recursos que se destinan a la salud pública.
  • Aumentar la atención a la salud mental.
  • Que todas las políticas que se implementen sean desde un punto intercultural, bioético y con perspectiva de género.
  • Que se sume a las organizaciones de pacientes a estos esfuerzos y que sean escuchados.

Finalmente, Romay agregó que la salud es un derecho y es obligación del estado garantizarla.

“La salud es un derecho, no un privilegio, y es algo que debe de garantizarse desde el espacio público, desde las instituciones públicas y las personas no tendrían que estar destinando sus recursos para poder solventar los gastos cuando se enfrentan a alguna condición de salud”, puntualizó.

En el país se han registrado diversas protestas para exigir medicinas. Crédito: Cuartoscuro