En México operan varias organizaciones criminales, sin embargo, una es considerada como la más sanguinaria, debido a las atrocidades cometidas por sus integrantes en contra de sus rivales y se trata de Los Zetas, comandados por Osiel Cárdenas Guillen, quien hoy salió de una prisión de Estados Unidos.
La Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) consideró a Los Zetas como “el grupo paramilitar más tecnológicamente avanzado, sofisticado y violento”, según reportes de Insight Crime.
Y es que esta organización criminal comenzó como un brazo armado del Cártel del Golfo, pero después cobró fuerza y se convirtió en uno de los cárteles más poderosos y temidos de México.
¿Por qué Los Zetas son considerados como el cártel más sanguinario de México?
En el año de 1997, del Ejército mexicano desertaron 31 integrantes del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFES), considerado como una agrupación de élite, ya que fue entrenada por Estados Unidos.
Los 31 desertores formaron una célula criminal, encabezada por el lugarteniente Arturo Guzmán Decenas, mejor conocido como el ‘Z1’. En un principio la organización operó como brazo armado del Cártel Golfo, liderado por Osiel Cárdenas Guillen.
Los desertores ofrecieron al Cártel del Golfo seguridad en Nuevo Laredo, una de las zonas donde combatían al narcotráfico cuando formaban parte del Ejército.
Tras la muerte del Z1 en 2002 y la captura de Cárdenas Guillen en 2003, los militares se independizaron y formaron Los Zetas. Heriberto Lazcano, alias ‘El Lazca’ o ‘El Z3’, quedó al mando de la organización, que ya estaba conformada en ese entonces por unos 300 sicarios.
De acuerdo con la periodista Guadalupe Correa-Cabrera, autora del libro Los Zetas Inc, Osiel Cárdenas Guillen controló al grupo criminal desde prisión hasta el 2007, año en el que fue extraditado a Estados Unidos.
Los Zetas cobraron relevancia por usar armas y equipos de última tecnología, también emplearon la disciplina militar en sus operaciones, además este grupo no recurrió a las alianzas, sino a la violencia para ganar territorios.
Y es que Los Zetas optaron por desatar terror entre la población, sus enemigos y las autoridades con torturas y masacres, como la vez que asesinaron con el tiro de gracia a 72 migrantes y los enterraron en una fosa de Tamaulipas.
"Cuando se terminó (la masacre), dormimos normalmente", confesó uno de los integrantes de Los Zetas, según el diario El País.
Mientras tanto en el municipio de Allende, en Coahuila, criminales cobraron venganza por una traición, luego de que tres de sus compañeros los delataron ante la DEA, además de que les robaron entre 5 y 10 millones de dólares.
La venganza duró 14 meses, debido a que Los Zetas ordenaron el asesinato de familiares, amigos y colaboradores. En dicho municipio mataron a varias personas, quemaron sus cuerpos con gasolina y con excavadoras demolieron sus casas, además se reportó, de manera oficial, la desaparición de 42 personas, aunque testimonios señalan que son 300 desaparecidos.
En el año 2010, Los Zetas ya eran una organización criminal poderosa, y además de dedicarse al tráfico de drogas y extorsión, también pretendían incursionar en el tráfico de personas, sin embargo, dos años más tarde comenzó su fragmentación con el asesinato de su líder Heriberto Lazcano.