De un lado sonrisas, lágrimas y abrazos… del otro pleitos, rupturas y regaños. Nervios e incertidumbre en ambos cuartos de guerra. Así vivieron Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez la noche más importante de sus vidas: la noche de la jornada electoral del 2 de junio.
En el Hilton de La Alameda, centro neurálgico de la campaña de Morena, ese mismo lugar donde Andrés Manuel López Obrador se enteró de su derrota en 2012 y que seis años después fue ‘exorcizado’ por 30 millones de votos a su favor, ahora, ya vuelto una cábala, tuvo una nueva protagonista: la primera presidenta de la historia.
La más votada, además. Con 35.9 millones de votos, Claudia Sheinbaum no sólo es la primer mandataria en toda Norteamérica, ni Estados Unidos ni Canadá, con democracias supuestamente más antiguas, han sido liderados por una mujer, sino que además se perfila como la titular del Ejecutivo más poderosa en lo que va del siglo.
En su cuarto de guerra, se sintió un ambiente de fiesta y de intimidad familiar. De acuerdo con un video publicado por la excandidata de Morena, el lugar estuvo lleno de caras conocidas, de viejos compañeros y compañeras de la lucha obradorista. Mario Delgado, Ernestina Godoy… la propia Clara Brugada, quien tuvo también su noche de gloria.
En compañía de su esposo, Jesús María Tarriba, Claudia, quien toda la jornada estuvo pendiente de los resultados en tiempo real, dándose ocasionales respiros para apapachar a su nieto, mostró el momento exacto en el que, tras un mensaje en cadena nacional del Instituto Nacional Electoral (INE), se enteró de su victoria. En ese momento se ganó un lugar perenne en los futuros libros de texto.
Ahí, tras el discurso de Taddei, los nervios se convirtieron en verbena. La algarabía se tornó francachela. Sheinbaum reveló imágenes inéditas en las que recibió una llamada del presidente López Obrador, así como de su rival: la candidata opositora Xóchitl Gálvez… quien vivía una situación totalmente contraria en su cuarto de guerra.
Del otro lado… pleitos, rupturas y regaños
A unos cuantos kilómetros de distancia, en Polanco, el ambiente era antonímico. La alegría de los morenistas, era amargura para panistas, priistas y perredistas. El periodista Mayolo López de Reforma escribió en una crónica publicada el domingo, en la que daba cuenta de que la hidalguense decidió encerrarse en un cuarto del hotel con su familia más cercana, incluido su hijo, de quien había noticias falsas de un supuesto secuestro.
Fuente: Cuartoscuro.
Las tensiones y supuestos pleitos que hubo en el war room opositor fueron confirmadas por Max Córtazar, exasesor de Gálvez: acusó en el noticiario de Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula, que la candidata no sólo no obtuvo recursos necesarios para su campaña, sino que además desató la furia del líder de su partido, Marko Cortés, por felicitar a Sheinbaum por teléfono una vez que el árbitro electoral oficializó el tsunami guinda. Ella se encaminaba a una derrota por más de 30 puntos.
En el ping pong de acusaciones y reproches, el dirigente blanquiazul respondió en conversación telefónica con Ciro que la causa de su molestia es que Gálvez haya salido a congratular por su victoria a la exjefa de Gobierno capitalino, pues en realidad se trató de una supuesta elección de Estado. Es decir, se quebrantó la narrativa de su propia derrota.
Según Mayolo López, las tensiones entre Xóchitl y Marko culminaron hasta en insultos. Mientras tanto, en el corazón del país, el Zócalo capitalino, miles de ciudadanos se preparaban para recibir a su nueva líder, la primera presidenta de México.