La violencia se cernió de nuevo sobre el municipio de Pantelhó, en el estado de Chiapas, dejando un rastro de sangre y dolor en la comunidad. Una familia completa, integrada por seis personas, fue brutalmente asesinada en un ataque que, según testimonios locales, fue perpetrado por el grupo de autodefensa conocido como “El Machete”.
En horas recientes, el nombre de Martín Tzaes y su familia se ha convertido en símbolo de la tragedia que azota a Pantelhó. Martín, un hombre conocido por su humildad y dedicación a su hogar, fue asesinado junto a su esposa e hijos en un acto que ha conmocionado a la comunidad.
Las víctimas, identificadas como Martín López Chic, Antonia Bot, Juana López Chic (una niña con parálisis), Benito López Chic de 11 años, Isquibedo López Chic de 7 años y un bebé de apenas 2 años de edad que aún no estaba registrado, fueron cruelmente masacradas.
Según familiares y vecinos, la masacre se desencadenó porque Martín Tzaes se negó a unirse a las filas de "El Machete". Esta negativa le costó la vida a él y a sus seres queridos. La comunidad de La Piedad, en Pantelhó, fue testigo de cómo los atacantes incendiaron la vivienda de la familia antes de abrir fuego, acabando con la vida de todos sus miembros.
Los habitantes de Pantelhó han señalado repetidamente al grupo de autodefensa "El Machete" como responsable de esta y otras atrocidades en la región. Este grupo, que se ha adjudicado el papel de defensor del pueblo, ha sido acusado de emplear tácticas violentas y coercitivas para consolidar su control sobre la zona.
Autoridades sólo patrullaron tras los hechos
La respuesta de las autoridades ha sido ampliamente criticada por la población local. Personal del Ejército, la Guardia Nacional y la Policía Estatal llegaron al lugar de los hechos demasiado tarde, cuando los perpetradores ya se habían dado a la fuga. Los disparos aún resonaban desde los cerros cercanos, añadiendo más terror a una comunidad que clama por paz y justicia.
Los residentes expresan su frustración y descontento con la presencia de las fuerzas del orden, a quienes acusan de limitarse a patrullar las carreteras de terracería sin tomar acciones decisivas para desarmar y detener a los responsables de los continuos asesinatos. Esta inacción ha llevado a la población a exigir un cese inmediato al fuego y una intervención más efectiva por parte del gobierno para restablecer la seguridad en Pantelhó.
"Estamos cansados de vivir con miedo, de enterrar a nuestros seres queridos. Queremos paz, queremos justicia”, declara uno de los habitantes que prefirió mantener el anonimato por temor a represalias. La comunidad de Pantelhó se encuentra sumida en el dolor y la indignación, y sus habitantes demandan una acción contundente y rápida por parte de las autoridades.
Esta tragedia es un recordatorio de la compleja y peligrosa situación que se vive en muchas partes de México, donde los grupos armados imponen su ley a través de la violencia y el terror. La masacre de la familia de Martín Tzaes es una llamada de atención urgente para que se tomen medidas que garanticen la seguridad y la justicia para todas las familias afectadas por la violencia en Pantelhó y en todo el país.