La producción de aguacate en México se concentra principalmente en Michoacán. En esta entidad se agrupó el 70 por ciento de la superficie dedicada al cultivo de la fruta y el 73 por ciento del total de la producción a nivel nacional en 2022.
Michoacán es una de las entidades del país en las que predomina la presencia de distintos grupos criminales y, contrario a lo que se pensaría, estos incidieron de forma directa en que el estado se convirtiera en el productor más importante de aguacate, de acuerdo con el informe “Violento y Próspero. El auge del aguacate en México y su relación con el crimen organizado” de Global Initiative Against Transnational Organized Crime.
En todo el país se han registrado distintos hechos criminales sobre la incidencia que las células delictivas tienen en el control de la producción y la venta de algunos productos mediante los robos y cobros de extorsiones. Como ocurrió en 2023 en Michoacán con el limón, lo que provocó que los productores se quedaran sin su principal ingreso, pero en el caso del aguacate fue distinto según el informe.
Global Initiative Against Transnational Organized Crime señala que en México, igual que ocurre en otros países y regiones con altos niveles de inseguridad y auges económicos, la violencia es una “herramienta valiosa” en política y economía.
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Esto se debe a que permite conquistar nuevos territorios, mercados, cadenas de valor y expandir las fronteras agrícolas. Fue lo que sucedió en Michoacán. Un productor de aguacate en la entidad detalló durante una entrevista en 2021 que hace 30 o 40 años la tierra en la entidad tenía un valor reducido; sin embargo, la producción del fruto provocó un boom y ahora una hectárea “buena” vale millones de pesos.
“El problema es que gran parte de la región son áreas naturales protegidas, entonces ya no se puede conquistar más terreno. Pero pues aquí todo se logra, entonces los que tienen más lana pues van con sus cuates del gobierno y piden cambios de uso de suelo”, dijo.
Además, detalló que otra estrategia a la que algunas personas recurren es meterse al bosque, provocar un incendio o sacar a los residentes de la zona ofreciéndoles dinero para que abandonen sus hogares. En caso de que no quieran, los amenazan, y es una tarea que realizan los grupos criminales, se le conoce como “limpiar una zona” y así logran convertirla en una huerta certificada para la exportación.
El informe advierte que la deforestación de organizaciones criminales está “profundamente” relacionada con actores privados legítimos. No es que los líderes delictivos estén interesados en gestionar huertas de aguacates, lo que les interesa son los ingresos que pueden obtener de la extorsión y del cobro de derecho de piso a largo plazo.
Los criminales no cuentan con la experiencia y las conexiones políticas directas para producir aguacate.
“Aquí es donde entran en juego las zonas grises fomentadas por las relaciones político-criminales. Mientras los cárteles son utilizados para desplazar personas y deforestar, las élites económicas aportan el capital económico necesario para invertir en nuevas huertas, y las autoridades públicas entregan permisos que otorgan la propiedad, el cambio de uso de suelo y el acceso a mercados legítimos”, establece el documento.
Grupos criminales acaban con bosques en Michoacán para producir aguacate
Global Initiative Against Transnational Organized Crime indica que el 80 por ciento de las huertas de aguacate en Michoacán se establecieron de forma ilegal a través del uso no autorizado de la tierra y pasaron a ser parcelas legales gracias a la complicidad con autoridades.
La deforestación ha provocado la degradación del suelo, agua y biodiversidad. Datos de la Comisión Nacional Forestal de México (Conafor) sostienen que, entre 2001 y 2018, se talaron árboles en 269 mil 676 hectáreas de Michoacán. Lo que indica que en promedio fueron 14 mil 982 hectáreas por año.
Del total de hectáreas deforestadas, el 70.69 por ciento se transformó en pastizales y el 28.16 por ciento en tierras de cultivo. La tala de árboles ha provocado que disminuya la cantidad de especies de fauna en el bosque.
Asimismo, se han encontrado pesticidas químicos en el acuífero, los cuales contaminan el agua que es para consumo humano y causan enfermedades en los habitantes.
La organización global señala que los datos presentados indican que para encontrar una solución a la deforestación no se deben involucrar únicamente las instituciones de seguridad pública, sino que se debe abordar la corrupción sistemática, la inacción e incapacidad de los organismos estatales de proteger el medio ambiente y supervisar la agricultura.
De la misma forma es importante abordar la problemática de la expansión de la producción del aguacate mediante la violencia y para hacerlo se requiere un fuerte compromiso de las fiscalías.