Paseo de la Reforma es una de las calles más ‘cool’ en la Ciudad de México; sin embargo, en los últimos años han quedado atrás los monumentos para dar paso a las protestas por la inseguridad que embarga la capital y otros estados de la República Mexicana.
Así lo destaca el medio de comunicación estadounidense, The Washington Post, y recuerda que en 2021, la revista Time Out colocó a la calle Reforma dentro de la lista “de las calles más cool del mundo”.
“Ha sido llamada una de las 'calles más geniales del mundo'. El Paseo de la Reforma es una joya de estilo europeo (…) Pero el camino del siglo XIX se ha visto arrastrado por un conflicto muy propio del siglo XXI”, expresa el periódico.
Lo anterior -explican- porque en México las y los activistas sociales “han forrado Reforma con sombríos recordatorios: poniendo en primer plano la dolorosa historia en la Ciudad de México”.
La Lucha de México y los monumentos
La violencia que se ha generado en las últimas décadas y “la lucha de México por los monumentos comenzó a raíz de un caso de abuso policial”. Se refieren al caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa, quienes desaparecieron en Iguala, Guerrero.
“Mientras México se veía sacudido por las mayores protestas en décadas, un pequeño grupo de activistas decidió colocar un monumento en un lugar donde el gobierno no pueda ignorarlo: Reforma”, refiere The Washington Post.
El también conocido como antimonumento es una escultura de aproximadamente 80 kilos, con el número 43.
Aunque Avenida Reforma se convirtió durante mucho tiempo en el escenario nacional de México, el lugar ahora es sede de protestas y celebraciones, ya sea por un nuevo presidente o de un campeonato de futbol.
“Pero, durante años, el brillo de la avenida se vio empañado por la delincuencia callejera, las crisis económicas y los efectos del terremoto de 1985”, refieren.
Otro ‘monumento’ en el Paseo de la Reforma para recordar trágicos momentos en la historia del país está una estatua, frente al Instituto Mexicano del Seguro Social, que recuerda un incendio de 2009 que arrasó con la Guardería ABC y dejó como saldo a 49 niños sin vida.
Asimismo, frente a la Bolsa de Valores, está otro que conmemora a 65 trabajadores enterrados por una explosión en 2006 en una carbonera, mina propiedad de una empresa importante: Grupo México.
“Los monumentos conmemorativos son recordatorios directos del fracaso institucional y una impunidad generalizada”, asegura el medio de comunicación.
Después de que el gobierno capitalino retirara la estatua de Cristóbal Colón, meses después feministas y madres de personas desaparecidas se unieron para tomar la plaza y colocaron una silueta de una niña con su puño en alto; pintaron el sitio con nombres de mujeres que habían luchado para la justicia y lo llamaron: ‘Plaza de las mujeres que luchan’.
"Los antimonumentos se han convertido en una acusación permanente. Los políticos se los transmiten camino al trabajo, soldados marchando. Reprimir la reforma en el desfile militar anual confrontar recordatorios de abusos contra los derechos humanos que el ejército fue acusado de haber tomado parte", refirió._Con información de Washington Post.