Uno de los familiares de las 11 personas que fueron secuestradas y posterirmente asesinadas narró al Sur de Guerrero la saña con la que fueron asesinados los comerciantes a manos de un grupo criminal, Los Ardillos, que opera en la entidad y mantiene una lucha sangrienta con diversas organizaciones delictivas.
El pasado jueves, los cadáveres de los 11 familiares fueron abandonados en una camioneta en Chilpancingo en el punto conocido como "El Parador de Marqués". De acuerdo con el testimonio de los familiares de las víctimas, los cuerpos fueron destazados y a los menores les sacaron los ojos.
"Los cuerpos fueron cortados en pedacitos, con mucha crueldad, a los niños les quitaron los ojos; los forenses tardaron porque tenían que armarlos porque sólo los dejaron en pedacitos, los dejaron destrozados", narró al periódico local.
Entre los cuerpos hallados, se encontraban los de cuatro menores, según las autoridades locales.
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El asesinato de las 11 personas dejó como saldo nueve mujeres viudas y 20 niños huérfanos, todos viviendo en condiciones de extrema pobreza, relata el Sur de Guerrero.
Familiares exigen a presidenta justicia y apoyos
Uno de los familiares de las 11 personas que fueron secuestradas en las localidades de Quechultenango y Chilapa y cuyos cadáveres fueron hallados el pasado jueves en una camioneta en Chilapancingo, Guerrero, exigió al gobierno federal y estatal dar una respuesta pronta a este caso y apoyar a las viudas y huérfanos.
En entrevista con Azucena Uresti en Fórmula Noticias, el hombre, cuya indentidad no fue revelada, comentó que la familia no tenía nexos con ninguna banda criminal pues sólo se dedicaban a comerciar desde hace 17 años.
De acuerdo las investigaciones de las Fuerzas Armadas, la familia habría sido levantada por el grupo criminal de Los Ardillos, y que opera en el estado. Antes de ser asesinados, en redes sociales corrió un video donde uno de los menores secuestrados afirmaba que servían como halcones para una banda rival, razón por la que habrían sido plagiados.
No obstante, el familar negó esta versión.
"No es verdad de que ellos andaban como halcones. Ellos llevaban ya 17 años trabajando ahí de comerciantes y pues la verdad no está bien lo que les pasó a nuestros familiares y es lo que nos tiene indignidados. Quedaron niños y esposas viudas", reprochó.
En ese sentido, pidió a las autoridades brinden apoyos para la familia y se hagan cargo de las viudas y los huerfanos al tiempo que consideró que la actuación de la Fiscalía General de Justicia de Guerrero (FGE) fue deficiente.
"¿Qué va a pasar con esas mujeres con esos niños. Queremos que en eso nos dé una respuesta buena la presidenta y que dé solución a este asunto. Que se les apoye creo yo que la presidenta se comprometa a ayudar a estos niños que se quedaron sin sus papás.
"El gobierno tuvo mucha culpa porque no hizo bien su trabajo. No deberieron ofrecer la recompensa porque estos niños que quedaron huerfanos, nosotros esperamos una respuesta", dijo.
¿Quiénes eran las 16 personas desaparecidas en Guerrero?
Las desapariciones de los 16 integrantes de esta familia ocurrieron en los municipios de Chilapa, Chilpancingo y Quechultenango. Las víctimas se dedicaban a vender trastes, de acuerdo con información de medios locales, y algunos fueron vistos por última vez cuando regresaban de Chilapa; mientras que otros salieron a buscar a sus familiares y no volvieron.
Los adolescentes que están desaparecidos fueron vistos por última vez el 22 de octubre en la comunidad de El Epazote, en el municipio de Chilapa.
Se trata de Raymundo Santos Francisco, de 13 años; Leandro Geovanni Francisco Sacristan, de 14 años; Diego Alonso Francisco Sacristan, de 16 años; Ángel Barrera Millán, de 14 años, y Abrahan Reyes Cayetano, de 15 años.
En esta comunidad también desaparecieron Pedro Ismael Barrera Millán, de 22 años, y Marco Antonio Barrera Millán, de 33 años, también fueron visto por última vez en la misma comunidad que los cinco adolescentes, pero el 21 de octubre; así como Inés Morales Lorenzo, de 33 años, el 22 de octubre.
En Chilpancingo desaparecieron Alfonso Francisco Cabrera, de 35 años; José Enrique Francisco Cabrera, de 26 años, y Jaime Cayetano Tolentino, de 33 años, en la localidad de Chautipa el 22 de octubre.
Aquí también desaparecieron Héctor Santos de la Cruz, de 32 años, y Mario Francisco Millán, de 49 años, con quienes se perdió la comunicación el 27 de octubre.
Mientras que en la comunidad de Tlanicuilulco en Quechultenango desaparecieron Flor Itulia Cabrera Sánchez, de 53 años, y su hija Clara Francisco Cabrera, de 30 años, el 27 de octubre.
La víctima número 16 es Javier Barrera Millán de quien no se tiene fotografía y se desconoce dónde fue la localidad en la que lo vieron por última vez.
