A seis semanas de que inició la ola de violencia en Sinaloa, por guerra entre “Mayitos” y “Chapitos”, la población de Culiacán vive en medio de una “narcopandemia”.
Esto porque, al igual que en la pandemia de COVID-19, la gente sólo sale de sus casas para lo indispensable: al trabajo, por comida y al médico, pues los eventos culturales y sociales están prácticamente cancelados o restringidos.
De acuerdo con Miriam Moreno, colaboradora de Por la Mañana, de Radio Fórmula, los ciudadanos viven encerrados, con miedo y zozobra, pues en promedio se registran entre 8 y 10 asesinatos diarios en Culiacán.
Mientras que el robo de autos suma 372 denuncias desde el 9 de septiembre que inició la guerra de cárteles.
Te podría interesar
Asimismo, sólo el 60 por ciento de los estudiantes de todos los niveles en escuelas públicas han vuelto a clases presenciales y el resto se mantiene a distancia.
La Cámara Nacional de la Industria Restaurantera (Canirac) ha registrado pérdidas por al menos 150 millones de pesos debido a que la gente no quiere acudir a restaurantes por miedo de toparse con algún enfrentamiento.
También la vida nocturna se ha apagado y los bares y antros ahora realizan tardeadas, con poca asistencia, que concluyen por mucho a las 10 de la noche.
La gente no sale más allá de las 8 de la noche e incluso los reporteros terminan sus coberturas alrededor de las 9 de la noche.
Guerra Chapitos vs. Mayos: hallan 'lista negra' de personas para 'desaparecer'
El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, reveló que el Ejército Mexicano halló una lista de personas (y sus direcciones) a las que criminales tenían programado privar de la libertad.
El mandatario estatal detalló que fueron dos hojas las que encontraron los militares, quienes acudieron a los domicilios señalados en la lista y confirmaron que los delincuentes ya habían asistido a algunos hogares.
Rocha Moya reconoció que pese a los esfuerzos de las Fuerzas Armadas, todavía hay violencia en Sinaloa, por lo que aseguró que trabajan para reducir los hechos de inseguridad, sin embargo, apuntó que muchas de las llamadas al 911 resultan falsas.