El país se encuentra sumergido en un contexto electoral por los comicios que se realizarán el próximo 2 de junio, en las que están en juego más de 19 mil cargos a nivel nacional y la Presidencia de la República. Pese a que aún no inician las campañas, la violencia ya "empaña" las votaciones y ha acabado con la vida de cuatro aspirantes a puestos de elección popular.
La violencia electoral es una herramienta del crimen organizado para influenciar en la vida pública de estados y municipios, según la plataforma "Votar entre balas". De 2018 hasta 2024 se han registrado 1 mil 564 ataques, asesinatos, y atentados contra personas que se desempeñan en el ámbito político, gubernamental o contra instalaciones de gobierno o partidos.
Además, el 78.3 por ciento de las víctimas de este periodo eran hombres, de acuerdo con la base de datos. Mientras que el 46.9 por ciento eran funcionarias públicas, el 9.6 por ciento tenía una candidatura al momento del ataque y el 7.9 por ciento eran familiares de servidores públicos o involucradas en el ámbito político.
El primer ataque de este 2024 fue contra Alfredo Giovanni Lezama Barrera, quien se desempeñaba como regidor de Cuautla, Morelos, y tenía un día de haberse registrado como precandidato a diputado local por el PAN. El exfuncionario fue víctima de un ataque el pasado 4 de enero al interior del gimnasio al que acudía.
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Ese día un grupo de sujetos armados ingresó al establecimiento alrededor de las 16:00 horas y abrió fuego contra Lezama Barrera, posteriormente huyeron del lugar. La agresión provocó la muerte del exregidor.
El sábado pasado se realizó una marcha en Cuautla para exigir justicia por el homicidio de Lezama Barrera. La protesta estuvo encabezada por su madre, la exdiputada Juan Barrera Amezcua, y también se sumó Lucía Meza, aspirante a la gubernatura de Morelos.
Un día después dos aspirantes fueron asesinados en Chiapas y Colima
Un día después del asesinato de Alfredo Giovanni Lezama Barrera en Cuatla se registraron dos atentados que acabaron con la vida de David Rey González, quien buscaba la presidencia municipal de Suchiate, en Chiapas; así como de Sergio Hueso, quien quería ser alcalde de Armería, en Colima.
Los atentados ocurrieron en dos sucesos diferentes. David Rey González se desempeñaba como presidente de la Unión de Ejidos Suchiate y fue atacado en el Ejido Suchiate, localizado en el camino demominado Los Cuaches y en los límites con Guatemala.
A pesar de que la Fiscalía General del Estado negó que el presidente de la Unión de Ejidos Suchiate estuviera participando en un proceso electoral, el PRI confirmó que sí era un aspirante de la contienda electoral.
En el caso de Sergio Hueso, este fue atacado cuando viajaba a bordo de su vehículo sobre la avenida Oaxaca, en la colonia El Pelillo, cuando fue interceptado por sujetos armados.
Movimiento Ciudadano, partido con el que contendía el aspirante, confirmó la muerte de Hueso el pasado 5 de enero. Asimismo, envió condolencias a su familia.
El primer homicidio de un aspirante ocurrió en 2023
A estos tres homicidios se añade el del exregidor Ricardo Taja Ramírez, quien tenía la intención de contender por una diputación federal con Morena.
El exfuncionario fue atacado el 21 de diciembre de 2023 en Acapulco, Guerrero, mientras se encontraba en una pozolería en la Zona Diamante.
La agresión ocurrió alrededor de las 19:00 horas cuando hombres armados ingresaron al local de "Las Vecinas", localizado sobre el boulevard de Las Naciones, y dispararon a quemarropa contra Taja Ramírez. Con el aspirante se encontraban otras dos personas que también resultaron gravemente heridas.
Estos son los casos más letales de violencia electoral y podrían perfilar al 2024 como el año con más violencia electoral, ya que se registraron cuatro homicidios contra aspirantes a un cargo de elección popular en tres semanas. Además, diversos especialistas han advertido que este año podría ser el más violento contra candidatos y candidatas.