En 1991, durante una visita del expresidente mexicano Carlos Salinas a Estados Unidos, la entonces estudiante Claudia Sheinbaum participó de una protesta sosteniendo un cartel que exigía democracia para el país latinoamericano y comercio justo con su vecino del norte.
Unos días más tarde y a muchos kilómetros de distancia desde Tabasco, en el sureste de México, Andrés Manuel López Obrador encabezaba una marcha hacia la capital del país para reclamar por supuestos fraudes del partido gobernante PRI en las elecciones regionales tabasqueñas, donde se desempeñaba como dirigente del izquierdista PRD.
Sheinbaum y su mentor, el presidente López Obrador, no se conocieron sino hasta años más tarde, luego de que ella se graduara como física y ambientalista, y él se convirtiera en la voz más furibunda de la oposición política, pero desde una edad temprana los unió el activismo social.
"Desde que era estudiante luchaba por la democracia, por la justicia social y contra el modelo neoliberal del que se beneficiaban solo unos pocos", dijo Sheinbaum en junio en la red social X sobre la protesta de septiembre de 1991 contra Salinas, considerado uno de los exgobernantes más impopulares del país.
"Ya han pasado unos años, pero conservo el mismo sentimiento y anhelo de justicia social para que haya patria para el pobre y patria para el oprimido", agregó.
El miércoles, la exalcaldesa de Ciudad de México se convirtió en la abanderada del gobernante Movimiento Regeneración Nacional (Morena) para suceder a López Obrador en las elecciones de mediados de 2024, tras imponerse al otrora canciller Marcelo Ebrard y otros cuatro precandidatos.
Sus críticos le endilgan a Sheinbaum el ser "una copia" del mandatario, pero ella lo niega aunque ha dicho que defenderá los mismos principios como: consolidar el control estatal sobre los recursos naturales, ahondar los programas sociales y obras públicas y, probablemente, empujar a México hacia un mayor uso de las energías renovables.
"Ser copia es lo que la tiene como favorita", opinó Antonio Ocaranza, exvocero del presidente Ernesto Zedillo. Para el también director de la consultora Oca Reputación, la política de 61 años debe cumplir con ciertos requisitos para asegurarse el triunfo en las presidenciales del 2 de junio.
"Debe mantener un equilibrio entre su fidelidad a López Obrador y la necesidad de ser fresca y ofrecer ideas nuevas. López Obrador sabe que debe dar a Sheinbaum espacio de maniobra para construir su propio programa y discurso. Y Sheinbaum sabe que no tiene cheque en blanco y que hay límites al guion que desee seguir en su campaña", opinó.
Academia y política
La segunda de tres hermanos, Sheinbaum nació el 24 de junio de 1962 en la capital mexicana en el seno de una familia de origen judío. Su abuelo paterno llegó a México desde Lituania en la década de 1920 y su familia materna llegó de Bulgaria tras huir del nazismo.
Ella ha confesado que, de su padre, un ingeniero químico, heredó su "pasión por la política y el amor por la naturaleza" y de su madre, una bióloga celular, "el gusto por la ciencia".
Tras graduarse como física en 1989 en la pública Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cursó una maestría y, posteriormente, un doctorado en la misma casa de estudios. Mientras preparaba su tesis doctoral, disfrutó de una estancia académica becada en la Universidad de California.
En 2000, un amigo la puso en contacto con AMLO, quien estaba por asumir como alcalde de Ciudad de México en diciembre de ese año. El hoy presidente estaba buscando una científica de izquierda que lo ayude con el problema ambiental en la capital y ella aceptó el encargo como secretaria de Medio Ambiente.
Ocupó ese cargo hasta 2006, cuando pasó a desempeñarse como vocera de la campaña de López Obrador para las presidenciales de ese año.
Más tarde, en 2015, se convirtió en la primera mujer electa como Jefa Delegacional de Tlalpan, la alcaldía más grande de Ciudad de México. En 2017 dejó el cargo anticipadamente para participar en la campaña para las elecciones capitalinas, que ganó a mediados de 2018 para convertirse en la primera mujer electa alcaldesa de la ciudad.
Quienes la conocen la describen como una mujer "honesta, capaz, muy trabajadora y obcecada" por gobernar anteponiendo el bienestar del pueblo. Pero sus críticos la han catalogado de "cínica" al recordar que, según un informe de auditoría, el accidente en el Metro capitalino en 2021 que dejó 26 fallecidos se debió a deficiencias de mantenimiento durante su gestión.
De voz suave y temperamento ecuánime, se enorgullece de hacer que la capital mexicana, una de las urbes más pobladas del mundo, sea más segura, mejorar su red de transporte público y aumentar la sostenibilidad ambiental. Aunque las desapariciones de personas han tocado máximos históricos al pasar de 62 en 2018 a 1,298 el año pasado, de acuerdo a cifras oficiales.